La compra del avión sanitario por parte de la provincia de Río Negro generó un verdadero revuelo. Se puso el foco el elevado costo, primero, y en que tuvo un desperfecto, después. Ocurrió cuando lo estaban trayendo. Todos datos que no dejaron de generar suspicacias y miles de preguntas, que algunas fueron respondidas y otras no.

Pero dejando esas cuestiones de lado, el avión está haciendo su trabajo. En las últimas horas realizó su tercera cruzada solidaria en menos de un mes de puesto a disposición. Vale remarcar que el primero fue el domingo 21 de agosto, cuando trajeron desde Salta a Florencia Echegoy, la joven docente que tuvo un ACV mientras estaba de vacaciones en Bolivia.

La nueva emergencia fue ayer –lunes 29-, trasladando a un chico de 18 años que estaba internado en Bariloche y lo tuvieron que trasladar al Hospital Italiano de Buenos Aires. Una complicación en su salud llevó a que se resolviera una rápida derivación para un mejor monitoreo, con equipos más avanzados.

Según se conoció a través de la jefa coordinadora del Centro de Atención Telefónica (CAT) de IPROSS, Yanina Sopranzetti, el joven venía con antecedentes de anemia hemolítica, y se decidió su derivación luego de observar, durante el sostén de transfusiones, una serie de irregularidades.

Vale remarcar que los vuelos sanitarios de la provincia son el resultado del trabajo articulado entre el SIARME, IPROSS, la Dirección de Aeronáutica y la Secretaría General. Gracias a esto las gestiones se agilizan y se lleva a una rápida resolución a favor del paciente.