Los pescadores que suelen visitar los canales de la colonia agrícola del valle inferior no podían creer lo que veían con sus ojos: de repente en una planta que bombea el agua de los canales hacia el río Negro, se les apareció un robusto lobo marino durante el fin de semana.

No descartaron que el pinípedo de un pelo llegó hasta allí persiguiendo carpas, un pez que es un apetitoso manjar que abunda en este curso de agua, y que es presa fácil. 

El portentoso ejemplar llegó nadando trepó a una rampa, tomó sol, se mostró y luego volvió a introducirse en el canal con lo cual dio tiempo a los pescadores como para tomar imágenes.

Algunos pensaron que con esa incursión se había terminado la jornada de pesca tomando en cuenta que tanto el lobo como los aficionados estaban detrás del mismo objetivo: las carpas.

Es muy posible que el lobo forme parte de un pequeño apostadero que se formó con los años en el río Negro a la altura de San Javier.  Se trata de un sitió que les asegura comida en cantidad suficiente ante la invasión de carpas, y de paso quedan a salvo de las orcas que suelen deambular por La Lobería en busca de alimento.

A veces, los lobos suelen protagonizar otras sorpresivas incursiones en la zona de chacras. Por caso, guarda ambientales tuvieron que arriar el año pasado hacia el río un ejemplar que estaba sobre almácigos de cebolla. Otro fue encontrado en un camino vecinal, y fue trasladado hacia el mismo curso de agua.