Guillermo Whpei, referente en Derechos Humanos, presentó su nueva obra "Vencidos vencedores", a través de la editorial Planeta. En la misma refleja su compromiso con la promoción de la cultura de paz y la lucha contra la esclavitud contemporánea.

A través del programa “Agenda” que se emite por “El Cordillerano” radio (93.7) - conducido por Antonio Zidar y Daniela Lucero - el actual presidente de la Fundación para la Democracia Internacional, Guillermo Whpei refirió que se trata de un libro “reflexivo, formativo, para sacar a la luz una problemática evitable, una pandemia mundial que es el hambre que puede evitarse". En este sentido, indicó que el mundo produce más alimentos de los que se consumen y sin embargo "hay 3000 millones de personas que todas las noches se acuestan con hambre”.

Según el punto de vista del entrevistado, es interesante poner en tela de juicio "el capitalismo que tenemos hoy, por lo menos el capitalismo concentrador, un capitalismo con un puñado de ricos, un 10% de los mas ricos del mundo que concentran el 90% del capital mundial y en eso nos debemos enfocar porque nosotros necesitamos un capitalismo inclusivo y fundamentalmente humanitario”. 

Whpei sostuvo que no se trata de un rechazo total porque “a mi me encanta comer bien, viajar, vestirme bien, cambiar el auto, no estoy en contra del capitalismo", sino que más bien la problemática se centra en "esa acumulación de riqueza donde una persona tiene 120, 150, 200 millones de dólares y donde el 10% de los mas ricos acumula el 90% de la riqueza mundial".

A este respecto, aseguró: "el problema es que miles de millones de personas no comen y no comen porque la comida se transformó, en años anteriores la comida era un derecho humano porque era un producto que la gente consumía a través del trueque, cuando esto entra en Wall Street y con alimentos que son transgénicos, cuando se aumentaron los precios desde Wall Street subió en todo en el mundo y eso hace que millones de personas al otro dia no puedan comprar su comida”. 

Continuó al decir: “hay que preguntarse ¿si yo no tengo dinero no puedo comprar la comida? Y también me pregunto ¿comer no es un derecho humano?, es como nos pasa con el agua, que ya está dentro de Wall Street para que el agua dulce forme parte de los monosintéticos de Wall Street, y si luego eso también pasa con al aire. Hay ciertos derechos humanos que son innegociables, el alimento, al agua, al aire y una vida digna, a partir de ahi se puede charlar todo”. 

Salario universal

Consultado sobre la posibilidad de un salario universal que se podría distribuir a todos los habitantes de la tierra, dijo: “el salario universal como se lo está tratando hoy va tendiendo a que la persona cada vez sea menos útil socialmente, creo que hay ahi un debate porque por otro lado la gente tiene que comer y si la concentración es demasiado forzada va a haber mucha gente como expulsada de los mínimos requisitos para poder vivir dignamente, gente comiendo de la basura, gente que no está incluida, creo que hay espacio para todos en el mundo”. 

Asimismo mencionó; “el ser humano ya se encontró con esta problemática con la revolución industrial, cuando cien personas hacían un pozo y luego vino una máquina que hacía el trabajo de esas 100 personas y sin embargo ese desafío el ser humano lo sorteó. Hoy hay un nuevo desafío mundial pero con capacidad de sortearlo, pero no podemos permitir varias cosas, lo básico es innegociable, saber todos los días qué tipo de sociedad queremos y a quién le conviene que nosotros pensemos que no vale la pena luchar, que ya no hay esperanza para el mundo y que ya está todo perdido”.

Subsidios 

Sobre la situación económica de Argentina, con alta inflación y el reciente anuncio de quita de subsidios al consumo de energía, mencionó: “como ciudadano puedo decir que primero en el mundo estamos mal, la pandemia y la guerra han acelerado en forma fuerte una crisis, incluso con inflación a nivel mundial. Creo que Argentina hace muchos años que hace todo mal, por eso la inflación que tenemos, por eso la gran cantidad de gente que no trabaja y cobra del Estado o las anemias en las ofertas educativas y culturales y de trabajo que existen. Es muy difícil que algo salga bien cuando por muchos años se hicieron las cosas mal”.