Uno de los delitos más comunes de un tiempo a esta parte, los objetivos más comunes para los delincuentes, son las motos y bicicletas. Los motivos para enumerar son varios. Por un lado, porque con lo que cuesta mantener un vehículo, estos medios de transportes se volvieron los más comunes.

En lo que tiene que ver con las bicis, la particularidad que tiene la Comarca es que mucha gente las usa como método de esparcimiento. El paisaje se presta para salir a pasear o bien como método de entrenamiento. A esto hay que sumarle que al volverse una atracción –sobre todo desde la pandemia a esta parte- sus valores aumentaron considerablemente.

Con todo esto, los malhechores las buscan, no para quedárselas, sino para revenderlas. Se las sacan de encima por la mitad de lo que valdrían en una bicicletería, por ejemplo. El tema acá es que sigue habiendo un mercado, vecinos que por el precio debería darse cuenta, pero igual compra. Y mientras más demanda haya…más robos.

¿A qué viene esto? A que en el Instituto de Educación Física de Viedma, según los estudiantes, casi se roban un rodado por día. Esa es la cuenta que hacen y están preocupados. Ellos se encargan de cuidar sus pertenencias, de poner el candado correspondiente, pero esto ya no sirve. La gran mayoría va en bicicleta y por ende, los amigos de lo ajeno tienen mucho para elegir.