Al parecer uno de los delincuentes no tenía el mínimo grado de noción de lo que había sucedido. Minutos después de que su compañero de robo pierda la vida, Pablo Muñoz, integrante de la banda, subió una historia a Instagram cuando estaba siendo atendido en la guardia del hospital de Cipolletti.

Como cuando dejaron morir a su compañero Joaquín Andrés Rivas, tampoco hubo lamento ni cargo de conciencia minutos después: con cara de satisfacción dice: “Estamos activos baby” mientras estaba  acostado en una camilla del hospital.

Los cuatro pibes chorros de entre 18 y 24 años, son oriundos de Cipolletti y conocidos por robar autos en toda la región. En la madrugada del jueves cometieron dos golpes en un radio de 40 kilómetros de distancia. El primero lo dieron en Cinco Saltos, donde se llevaron un Toyota Corolla que estaba estacionado en el garaje de una casa y también se llevaron efectivo y otros elementos de valor desde el interior de la vivienda.

La primera historia muestra la satisfacción de los delincuentes al realizar el primer robo: se puede observar  que Muñoz  manejaba el auto robado y lo hacía con guantes para no dejar sus huellas en el volante.

A pura cumbia y mostrando los billetes de mil pesos, que formaban parte del botín, pisteaban el Toyota y uno dice: "qué se piensan que ustedes nomás andan en autos de marca, gato”.

Estos tres delincuentes, junto con Rivas, robaron durante la madrugada en Cinco Saltos un Toyota Corolla y luego recorrieron casi 40 kilómetros sin que ningún control policial los detenga, llegaron a Allen y allí cometieron otro robo. Ingresaron a la casa de un comerciante y además de llevarse computadoras, un tv y otros elementos de valor, le sacaron el auto, la rural Suran con la que minutos después se estrellaron contra una columna de la luz. Como consecuencia del tremendo impacto, el conductor de 18 años murió en el acto.