05/08/2022

Unión sigue de fiesta tras una histórica final: "Esperamos 25 años para ser campeón"

Dialogamos con los protagonistas del éxito que quedará inmortalizado en el club. Dentro de las historias en la institución, hay un goleador que fue verdugo en una final perdida y un jugador que es un ejemplo de superación tras vencer un tumor cerebral.

Unión sigue de fiesta tras una histórica final: "Esperamos 25 años para ser campeón"

Por Fernando Manrique

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Fotos: Vanesa Schwemmler.

Hay muchos clubes que son grandes por su gente, sin haber ganado ningún título oficial. Están los casos de Gimnasia y Esgrima de La Plata, Colón de Santa Fe que recién ganó una copa oficial el año pasado y el mismísimo Unión de Santa Fe. Viedma hasta el domingo tenía este mismo caso con el equipo Unión FC, hoy gestionado por la familia Chanique de la calle 106.

Hasta hace una semana nunca habían obtenido un trofeo en Primera División de la Asociación Viedmense de Fútbol. Pasaron 25 años y finalmente llegó esa ansiada copa luego de ganarle 3 a 1 a Nehuén. Pero desde hace muchos años antes ya había conseguido el mote de equipo grande, por su gente, por su competitividad y por su permanencia a lo largo del tiempo.

En el medio pasó por tres finales perdidas a cancha abierta y esta oportunidad fue la primera en una cancha cerrada, en la de Villa Congreso.

Visitamos a los campeones en la vivienda de los Chanique, y hablamos con los principales referentes, quienes aún no dejan de mirar con orgullo la insignia ganada.

"Unión es una familia”

Matías Chanique, entrenador del laureado club, contó cómo se originó Unión y cómo fueron los cimientos. "Se arrancó en el año 1996, cuando lo tenían las familias Varela y Quintupray, con mi tío Ricardo a la cabeza con ellos. Se jugaba en la cancha de Comercio, donde está el barrio Norte y en el año 1997 fuimos a jugar a la liga independiente, que es la liga que estamos jugando ahora. Arrancamos en segunda división y salimos campeones en el primer año".

En cuanto a la Primera siempre había sido esquiva: "Estuvimos peleándola, llegamos a tres finales y las perdimos, en el 2003, en 2013 y en 2016. Yo en ese momento era jugador. Esperamos 25 años para ser campeón, por eso hay tanta locura, tanta emoción, mucha gente que está desde que arrancó el club no lo había visto campeón y el domingo estuvieron todos en la cancha. Hubo muchas familias y muchos chicos".

"Muchos chicos lloraban de emoción porque vieron perder muchas finales, semifinales y cuartos, siempre estábamos ahí y pasaba algo. En este momento llegamos bien armaditos y fue todo muy lindo, porque es todo a pulmón. Acá no se gana nada, todo es un sacrificio por el club", amplió.

Por otro lado, mencionó que el partido final fue histórico, ya que sufrieron una expulsión a la media hora del primer tiempo, pero continuaron yendo hacia arriba y se pusieron 2 a 0. En el inicio del complemento, Nehuén descontó con un tiro de penal y tuvieron que correr con un hombre menos una buena parte del cotejo. "Golpeamos en los momentos justos y tuvimos las más claras, todos sumaron, desde los chicos de adentro y hasta los que entraron", dijo.

En cuanto al día después, todos volvieron a la normalidad pero con una sonrisa más grande. "Fuimos en caravana hasta la casa de mis viejos, festejamos ahí y algunos se quedaron hasta las 3 o 4 de la mañana pero tranqui porque el lunes nos levantamos a laburar de nuevo, a llevar a los chicos a la escuela, la vida normal. Es un título que nos hizo arrancar el día re felices, re contentos, pero continuamos con nuestra vida habitual".

A su turno, el presidente de la institución, Alberto Chanique indicó que este logro fue a base de perseverancia. "Desde hace mucho tiempo que estábamos llegando cerca, yo llegué a perder dos finales como técnico y llegó la vencida como presidente. Unión es una familia, acá juegan hijos, nietos, cuñados y siempre fue así".

"Este fue un título muy merecido porque les ganamos a Lavalle, a Santo y luego a Nehuén. Ahora están más mis hijos, yo hice bastante cuando empezó todo y siempre estuvimos juntos con mis hijos. Yo voy a la cancha, les hablo a los jugadores que son referentes que me hacen mucho caso a mí y a Matías y también me meto un poquito con la reserva", detalló.

En el mismo orden, explicó: "Siempre luchamos y llegamos al título, estoy contento con la hinchada que todos los domingos nos siguen y siempre tenemos gente buena, que trabajan con nosotros, tenemos a un muchacho que vende choripanes en la cancha y con eso vamos pagando la inscripción de todos los jueves, así vamos trabajando".

"Salimos a jugar de igual a igual"

Tres referentes de esta gran familia también charlaron con NoticiasNet, cada uno con su historia personal, desde un villano que se convirtió en héroe y hasta un ejemplo de superación. Fernando Tapia, volante del equipo que venía jugando de doble 5 pero en la final fue por la izquierda, relató que este galardón tiene un sabor especial por su representación con los colores rojo y blanco.

"Lo que más caracterizó al equipo fue la actitud en partidos duros, como nos tocó con Lavalle donde empardamos un 2 a 0 abajo, no nos dimos por vencidos hasta el final, esa es una cualidad que tuvimos en los últimos partidos y tuvimos a la suerte de nuestro lado en los penales", describió.

Y sostuvo: "Salimos a la cancha a jugar de igual a igual contra un rival que es duro, por la calidad de jugadores que tiene, y nos convencimos de que teníamos que ir de igual a igual. Nos quedamos con un jugador menos muy temprano, pero nos propusimos tratar de correr todo el tiempo y utilizar a los compañeros que estaban afuera para que sigan corriendo, así no se notó el hombre de más que tenían ellos. A mí me tocó convertir, así que fue algo hermoso, más con un club donde uno se siente identificado".

Fernando Benítez, 9 de área y figura de la final, tiene la particularidad de que en 2016 empañó el primer festejo de Unión. Es que marcó uno de los 3 goles que le metió 2 de Abril en la finalísima y los rojiblancos nuevamente fueron subcampeones. "Yo empecé a jugar acá hace 10 años y volví para devolverle a la gente de Unión todo lo que me brindó. Mi idea era salir campeón y vine en un momento justo, con un equipazo. Tanto el arquero como yo miramos todo el juego desde atrás y el domingo me quedé sorprendido porque vi como mis compañeros corrieron para todos lados".

Narró en el mismo marco: "Yo jugué en varios equipos de Viedma, pero este título fue distinto a todos, por todo lo que hace la gente por su club. En 2016 gané la final con 2 de Abril contra Unión, hice un gol y le pedí disculpas al club porque sabía todo lo que hacían, nos enfrentamos con el amigo Matías y nos dimos mucha leña. La gente me siguió queriendo porque les pedí disculpas y este fue mi primer equipo, y gracias a Dios pude volver para salir campeón".

"Ahora quedó la vara alta, creo que los demás rivales nos van a respetar un poco más y la idea es seguir aumentando el juego, sumar a más chicos con jerarquía y seguir sosteniendo al grupo que tenemos un buen pie", añadió.

Del infierno a la gloria

Por último, Lisandro Guerrero que juega como defensor izquierdo tiene un sentimiento único por Unión y fue quien levantó la copa por un gran gesto del capitán Nazareno Rocca que le cedió la cinta en los últimos minutos.

Relató su historia particular, de superación y de perseverancia. En esa línea, contó: "En este club me abrieron las puertas desde los 18 años, yo venía de un año sin jugar al fútbol porque tuve un tumor cerebral y fue el primer club que me dijo que juegue para ellos. Aun sin estar de alta ya estaba jugando. Ahí empezó todo".

Continuó: "Muchas veces dije que me iba a ir y no me fui nunca, la primera final que me tocó perder contra Liniers habíamos arrancado ganando y la terminamos perdiendo por 4 a 1. La segunda final la perdimos con 2 de Abril, me tomé un tiempo y me fui a jugar a Conesa donde logré salir campeón. En Patagones también salí campeón, pero en este club llevaba 12 años y siempre se me caía todo, llegábamos hasta semis o cuartos y no se nos daba, hasta que llegó lo bueno".

Guerrero puntualizó: "Muchos me vieron llorar pero es la camiseta que amo, es mi familia, en ningún otro lado me voy a sentir igual, yo nací acá y acá me voy a morir. Duele haber perdido tantas veces porque uno lucha, deja a la familia por ir a jugar y por la pasión. En este torneo íbamos perdiendo 2 a 1 con Lavalle, faltaban 2 minutos, me quedó una pelota afuera del área y logré un empate, ahí nos levantamos con más fuerza, nos hizo más fuertes sentimentalmente".

"Unión no es un club con nombres, es un club con jugadores que ponen garra y que dejan todo hasta en la última pelota, que se han ido lastimados sabiendo que al otro día tenían que trabajar, por tal de defender a la camiseta. Siempre fuimos humildes y es lo que más destaco. La cancha nos quedó en la otra punta y hubo jugadores que se fueron caminando por el amor al club. Las ganas, la insistencia y el apoyo de compañero a compañero nos hicieron distintos a los demás", subrayó.

A lo largo de la copa hubo muchas adversidades, pero lejos de tirar la toalla siguieron corriendo y nunca se apagó la llama del sueño de gritar campeón por primera vez. Lo consiguieron y ahora buscarán seguir en lo más alto. Sin dudas, ahora que saboreó la gloria, tendrán que hacer muchos intentos para bajarlos.

El plantel campeón en la final se compuso con los nombres: Diego Chanique, Hernán Chanique, Lisandro Guerrero, Ayrton Colado, Germán Chanique, Gustavo Vázquez, Gabriel Alveal, Luis Tapia, Fernando Benitez, Lionel Mansilla, Nazareno Rocca, Juan Lincoqueo, Lucas Vielma, Axel Kahrs, Maximiliano Pordomingo y Ayron Quentrequeo.

También fueron parte del combinado durante el torneo: Santiago Gómez, Román Mansilla, Francisco Muñoz, Guillermo Gelos, Agustín Chanique, Rodrigo Klopertanz, Lucas Huircapan, Cristian Curihuala, Eduardo Huenan, Nicolás Aguinaga, Walter Carrillo y Andrés Carrillo.

DT: Matías Chanique. Cuerpo Técnico: Lucas y Alberto Chanique.

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