Una joven denunció el robo de su moto –una Keller 110- y no ocultó su indignación por lo que ocurrió luego de ese episodio. Según contó, se la llevaron de la puerta de la casa de su mamá, en el barrio Guido, cuando la fue a visitar. El hecho ocurrió en plena tarde, con varios vecinos viendo la maniobra.

Si bien esto ya es común en Viedma, hurto de rodados menores, lo que vino luego fue lo que lo enojó, sobre todo, porque en ciertas cuestiones la burocracia se entromete. Sucede que alcanzó a ver quién se la llevó, un delincuente conocido de la zona, y con esa esperanza fue a la comisaria.

Llegó a los cinco minutos –hace énfasis en el tiempo aduciendo que no fue ni un minuto más-, le tomaron la denuncia y allí dio todos los datos relevantes: nombre y apellido del delincuente, el lugar en el que vive y describió cómo es la moto que le llevó. Pero todo esto no sirvió de nada, ya que hay pasos a seguir.

“Me dijeron que no podía hacer nada sin la orden de la fiscal. De rabia y broca se me empezaron a caer las lágrimas y en ese momento, la que me estaba tomando la denuncia, cuando entraron dos policías le dijo que había una moto robada y uno le respondió: ‘Bueno’, y me metió para adentro”, aseguró la damnificada.    

“Embarazada de 6 meses salí a buscarla por mi cuenta, me acompañaron amigos y familiares. Estuvimos 6 horas dando vueltas, recorriendo la zona mientras ellos siguen esperando la orden de la fiscal”, agregó la mujer.

“Me la compré hace poquito, la estoy pagando todavía. Necesito que me ayuden a buscarla, anoche la vieron en el barrio Inalauquen. Es negra con el guardabarros delantero azul oscuro. La optima izquierda está rota, si no se los sacaron, tiene cubre amortiguadores negros con letras rosas. El que tenga datos que me avise: 2920-246110”, cerró.