Los robos de animales en los campos cercanos a Viedma no se detienen. En este punto, desde los sectores involucrados observan falta de recursos para abordar la problemática de raíz. A eso se le suma cierta desidia y también, hay trabas que llegan por parte de la Justicia para que las penas sean ejemplificadoras.

En los últimos días se dieron varias detenciones, bandas dedicadas al abigeato que se desarmaron, y esto llevó a que desde la Sociedad Rural de Viedma sacaran un comunicado agradeciendo el trabajo policial, aunque pareciera que falta más firmeza desde más arriba. Ante esto, quien dio más detalles, en una charla con Radio Noticias (105.5), fue su presidenta,  Juliana Bugiolacchi.

“Se dieron dos cosas: por un lado, condenaron a alguien que se dedicaba al abigeato. Por otro, justo detuvieron a unos malvivientes que venían con animales. Pareciera un cambio de actitud que esperamos que sea definitivo y no solamente para calmar las aguas”, remarcó Bugiolacchi.

Por otro lado, remarcó cuestiones que viene repitiendo desde el primer día: “Esto tiene varias patas; la de la Policía, la de la Justicia y la política, que es muy importante. Hay toda una movida que hay para presentar a los delincuentes como si fueran las víctimas de la sociedad”.

Inmediatamente dio como ejemplo uno de los casos más razonantes: “En el caso de los Firmapaz, los delincuentes que encontraron robando, que persiguieron y agarraron, el fiscal pidió 8 años y los sucesivos jueces por lo que fue pasando el caso, le fueron concediendo todo lo que pedían los delincuentes. Terminaron devolviéndole la camioneta F100 con la cual delinquían. Con todo esto, que ahora vaya alguien a prisión casi que nos hace aplaudir”.

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“Hay que dar una señal para que sepan que está mal robar y matar animales ajenos, ultrajando la propiedad privada. Ser juez no es estar en una silla cómoda, cobrando un buen sueldo, sino en una silla incómoda, marcando la línea entre lo que está bien y está mal.  A través de los fallos se da un mensaje. Porque si cuando viene un delincuente decís: pobre delincuente, víctima de la sociedad, y todas estas cuestiones Zaffaronianas que hay, lo que termina pasando es que vale más la pena ser delincuente que trabajar honradamente”, finalizó el tema.