25/06/2022

Una policía tuvo problemas de salud, la llenaron de sumarios y denunció a tres superiores

Una policía tuvo problemas de salud, la llenaron de sumarios y denunció a tres superiores

Mariana Celeste Ancao, una empleada policial de 31 años con residencia actual en Cipolletti, denunció por presuntos maltratos al jefe de la Brigada de Investigaciones de Cinco Saltos Juan Lucero, a la secretaria de Río Negro Emergencias Cecilia Martínez, y al director de Investigaciones de Viedma Julián Martín. Fue mientras estuvo con distintos problemas de salud.

En su denuncia, que quedó a cargo de la jueza Gabriela Montorfano de Cipolletti, detalló: "En noviembre del año pasado pedí el traslado a la órbita de Río Negro Emergencias, a sabiendas que como civil iba a estar mejor. Salí de la Comisaría 7ma de Cinco Saltos. Pedí irme al Comando 911 de General Roca. Ahí es donde como había sido operada de la tiroides, una operación bastante compleja, no me encontraba bien para hacer guardias. En esos días empecé a ver situaciones de maltrato, recibí maltrato, malas contestaciones, terminé internada y tuve una descompensación de hipocalcemia”.

Argumentó que no pudo acercar certificados a la dependencia, pero envió todos los comprobantes vía WhatsApp. Como respuesta, se sintió menospreciada y le iniciaron dos sumarios. Estuvo bajo tratamiento psicológico, por lo que luego le emitieron un tercero. "Yo no estoy mintiendo en mi estado psicológico, tengo certificado hasta el 7 de julio", relató en su escrito.

Posteriormente, fue al centro de monitoreo de Gral. Fernández Oro (que también pertenece al 911). Y expuso: “Al llegar allí me informan que voy a quedar como coordinadora del lugar. Ahí había cuatro personas que tenía que coordinar. En ese lugar no hay gas, yo pedí en su momento hacer horario diurno. Ellos sabían las patologías que yo tenía y no me autorizaron. Empecé a hacer guardia. Sumado a esto, los roces con la oficial Martínez empezaron a hacer cada vez más cerca”.

La denunciante consiguió gas por su cuenta “y me dijeron que eso no lo podíamos hacer, que debíamos continuar como estábamos. Yo respondí que yo no podía trabajar así porque no era un lugar adecuado para mí. Después empieza el conflicto cuando aviso a esa oficial Martínez que estoy estudiando una carrera universitaria. Hago el expediente. Ella me dice que iba a tener que esperar la autorización de la jefatura. Yo ya tenía clases y le pedí miles de veces que me dejaran cursar, que ya estaba avanzando la carrera. Nunca me autorizó. El oficial Bruno, que también forma parte de ese equipo sí me autorizó. Uno me dice que sí, otro que no ¿A qué están jugando conmigo?”

Al transcurrir los días, describió que pasaron irregularidades. Manifestó: “Pidieron un informe reservado. A los días una de las empleadas me dice que de Viedma le habían leído el informe reservado que yo había enviado. Me puso en una situación complicada a mí. Nunca fueron claros con sus directivas de trabajo. Yo llegué al desgaste total. El 11/12 de mayo trasladan a otra persona a ese lugar, de mayor jerarquía. Ahí yo ya decido retirarme por certificado”.

Prosiguió: “Pasó el 13 de mayo, termino con un ataque de pánico, porque la verdad que me sentí manoseada, por saber que mi escalafón es maestranza y no me corresponde hacer ninguna de las tareas que me dieron. Paso razones de salud, otro certificado, y el 7 de junio me ve el psicólogo del hospital, y empiezo a tener sesiones cada 10, 15 días y me diagnostica un trastorno adaptativo y depresivo. A raíz de esto, el 22 de junio el subsecretario de Seguridad y Ciudadanía Guillermo Moreno, que fue el único que se preocupó por mí, me informó por mensaje de texto que por consejo de la psicóloga del 911 y en base a mis estudios terciarios, para salir del ambiente tóxico que me causó el malestar, lo mejor va a ser que trabaje más tranquila en otra dependencia policial”.

“Ese mismo día entregaron una nota a Jefatura de Viedma, y a la noche del 22 de junio, me sale el traslado a la Brigada de Investigaciones de Cinco saltos. Ese día 22 a la tarde, yo me había comunicado con el Jefe Lucero, y le aviso que me iba a salir el traslado y que si él me iba a aceptar en ese lugar. Me dijo que no tenían problema, que ahí le faltaba gente, que me iban a recibir”, sostuvo y añadió que un día después Lucero le escribió por celular: "No la voy a tener en cuenta en mi equipo de trabajo, se lo aviso para que se busque otra unidad, mil disculpas". Ese mensaje hizo que la joven entre en crisis.

Y la gota que rebalsó el vaso fue un informe para que le saquen el traslado de la Escuela de Suboficiales de Cipolletti, de acuerdo a la denuncia, por orden de Julián Martín. “Yo me entero porque yo lo visualizo en la orden del día, entiendo de las cuestiones de la Policía, y sé que eso salió de la Dirección. Yo nunca trabajé con este Señor Martín, no tengo una causa penal. Ni tengo nada por lo que puedan tener ese trato, como que yo hubiera hecho algo malo. Yo siempre me quejé de las cosas, pregunté todo. Entonces lo tomo como una medida arbitraria, violencia, te saco del medio, no me servís y que se haga cargo otro”.

Apuntó por último: “Yo estoy por licencia psicológica, estoy sufriendo por mi salud. Ver todos estos mensajes, ver la orden del día de ‘te saco, te pongo allá’, me dan a entender que soy un estorbo. No saben a dónde llevarme, y nadie me dice cuál es el problema que tienen conmigo. La violencia surge de la oficial MARTINEZ, al haberme dejado en esta situación, que era quien me tenía a cargo. A este señor LUCERO, porque es una acto de discriminación que están haciendo conmigo y a MARTÍN, que es el jefe directo que es el precursor del informe negativo para que me saquen  para la escuela de cadetes”.

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