Boris Becker, ganador de seis Grand Slams y número uno del mundo en las décadas de los 80 y 90, fue condenado a dos años y seis meses de prisión por un tribunal en Londres, durante un proceso por bancarrota que ha durado cinco años y está pendiente de apelación. El viernes entró en la cárcel, donde pasará al menos año y medio, con posibilidad de salir luego en libertad condicional.

Los jueces del tribunal consideraron que el alemán ocultó una propiedad en su localidad natal, Leimen, transfirió sin permiso sumas elevadas de dinero a otras cuentas y no declaró su participación en una empresa de inteligencia artificial y una deuda de un préstamo. Todo por un valor aproximado de tres millones de euros, para evitar hacer frente a unos débitos que ascienden a 60 millones.

La acusación consideró probado que encubrió numerosas propiedades y que Becker echaba la culpa a los asesores que supuestamente se ocupaban de sus finanzas. La defensa declaró que, si bien su cliente es ingenuo, es inocente. El jurado aceptó esta argumentación en 20 de los 24 puntos presentados por la Fiscalía. Becker, de 54 años y residente en Londres, fue declarado insolvente por un tribunal el 21 de junio de 2017. Tras ello, tuvo que declarar todo su patrimonio a un administrador concursal. Ganó durante su carrera unos 23,6 millones de euros en premios y, según sus estimaciones, una suma similar por publicidad.

El ex entrenador de Novak Djokovic negó todos los cargos y alegó que había colaborado con el proceso de quiebra, instancia en la que ofreció hasta su propio anillo de casamiento. También sostuvo que las ganancias de su carrera se agotaron en su primer divorcio y en los costosos compromisos por su estilo de vida.

Cómo es la cárcel donde se encuentra

"Ratas, violencia endémica, abuso de drogas desenfrenado y presos que están encerrados en sus celdas durante 22 horas al día: así es la vida dentro de la prisión victoriana en ruinas que Boris Becker ahora llamará hogar", explica Jake Ryan y Mark Hookham en 'The Mail On Sunday.

El ex número uno del mundo se aloja en la histórica cárcel de Wandsworth, edificada en el lejano 1851 y con una capacidad de 1500 personas.

La primera noche entre las rejas, según contaron los medios alemanes, le permitieron hacer una llamada.

Como ejemplo de la violencia que se sufre en esa cárcel un dato: entre 2020 y 2021 los funcionarios los funcionarios de prisiones tuvieron que recurrir 1.295 veces al uso de la fuerza.

Boris Becker, que ha sido internado en un ala con 6 duchas para 86 celdas (en las que pueden estar hasta seis presos) deberá pasar un mínimo de 15 días en la prisión de Wandsworth antes de ser trasladado a una cárcel de Categoría C, de menor seguridad.