TURISMO

| 23/01/2022

Develan un misterio que envuelve a una plazoleta de El Cóndor

Develan un misterio que envuelve a una plazoleta de El Cóndor

La villa marítima viedmense reúne una referencia obligada que tiene su propio magnetismo. Turistas y vecinos de Viedma y Patagones, sobre todo las nuevas generaciones, preguntan de qué se trata la plazoleta construida con palos con una silueta de barco.

Se llega hasta allí en forma obligada cuando alguien ingresa en vehículos a la costa, a raíz del diseño que tiene la avenida costanera de acceso al mar.

Parece un circuito de obstáculos pero dado de que el paisaje costero es la máxima expresión que se puede exhibir en este balneario, este pequeño paseo público impone reducir la velocidad de un vehículo.

A su vez, invita a girar la cabeza hacia la izquierda cuando se ingresa por calle 69  ofreciendo un marco visual para el primer impacto de los visitantes frente al mar. Es que a esa altura se ubican las primeras ventanas que permiten los tamariscos de la playa.

A muchos se le abre un interrogante luego del enfoque del primer marco escénico marítimo,. Y suelen preguntarse de qué se trata la plazoleta.

Quien echa luz sobre ese paseo público, ante una consulta de NoticiasNet, es el arquitecto maragato Fernando Córdoba. Es el autor de la obra construida a principios del 2000 con una buena madera y piedras despedidas por naturaleza en la villa.

“La plazoleta responde a un concurso del Colegio de Arquitectos. Propusimos hacer una especie de barco encallado donde quedaban las costillas del barco  sobresaliendo de la arena”, recuerda.

Cuenta que “hicimos hincapié en los naufragios que hubo en esa zona que fueron muchísimos, y cuyos vestigios se fueron perdiendo porque la madera se la fue llevando el mar, en tanto que los hierros se fueron pudriendo y desaparecieron”.

Córdoba aclara que “la idea era esa no responde a ningún barco en particular, sino que se hizo referencia en general a los naufragios que hubo y en lo agreste que es la zona”.

Este punto esclarecedor sobresale. Algunos lugareños creían que se trataba de un homenaje exclusivo sobre el encallamiento del buque carguero italiano San Giorgio en la década del ’30 del siglo pasado.

En realidad obedece a recordar a todos los accidentes costeros. Desde desde el hundimiento de la fragata Duquesa de Goyaz en la guerra de 1827 contra el Imperio brasileño, el clipper dinamarqués El Cóndor en 1891 hasta el Ludovico, un vapor chileno encallado en Bahía Rosa en 1916.

La plazoleta desde entonces engalana el paseo costero de El Cóndor. Sin embargo, está expuesta al vandalismo. Falta la placa recordatoria, los artefactos lumínicos colocados entre el esqueleto ya no funcionan, y hay demasiados hormigueros.

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