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| 30/12/2021

Inédita movida artística en Viedma: prendieron fuego un mangrullo frente al monumento del Fundador

Inédita movida artística en Viedma: prendieron fuego un mangrullo frente al monumento del Fundador

Anoche se vivió una experiencia de alto vuelo reflexivo, ya que se produjo la primera intervención en el marco del proyecto "Nadie te va a hacer un monumento", del área de Investigación y Creación Artística de la Universidad Nacional de Río Negro.

Se prendió fuego un mangrullo de madera frente al monumento más significativo de la ciudad: la estatua del Fundador de la ciudad Francisco de Viedma.

Ariel Barbieri, director de la propuesta de no monumentos, explicó a NoticiasNet: "Este proyecto empezó en mayo y como experiencia es muy interesante porque no existió antes algo de estas características, porque fue un grupo el que lo realizó, se pusieron en juego una serie de reflexiones en cuanto a los sitios y a la conmemoración y ésta estructura efímera hizo que muchas personas pusieran su mente en lo poético para dar cuenta de qué pasa con lo popular, con estar con otros y con encontrar nuestro propio ritual para conmemorar".

Respecto al misterio de no saber qué iba a pasar de principio a fin, comentó: "Parte de la incógnita era para que con esa expectativa pudieran sentir un hecho único, que en este caso fue contemplar un pedestal fortín que se iba desarmando a medida que se iba quemando".

Agregó que se escogió la Plazoleta "porque es el lugar donde se erigió el primer fortín, aparece la figura del Fundador y ese pedestal contiene una cápsula del tiempo. Nos pareció interesante tomar la figura del pedestal como un artefacto conmemorativo y tomar esas figuras y esas líneas para replicar el fortín a escala y enfrentarlo como un no monumento, una negación de la monumentalidad conmemorativa occidental, para pensar desde Latinoamérica cómo queremos imaginar nuestras memorias".

Muchos vecinos se acercaron y pensaron que se trataba de la quema de un muñeco, acción tradicional en nuestra Comarca. Barbieri se refirió a esta comparación: "Me pasó algo muy singular con una persona que traía las maderas y que cuando vio lo que estábamos haciendo preguntó si era un muñeco de fin de año. Le dije que no, pero algún parentesco puede llegar a tener y sacó de su guantera una foto el primer muñeco de Viedma en 1980, que lo trajo el Negro Ayala de La Plata".

Aun así, diferenció que "un muñeco de fin de año es más festivo y acá no hay fiesta ni drama, es una obra que intenta ubicarse en ese lugar liminal, no estamos festejando ni estamos conmemorando una tragedia, simplemente estamos abriendo una comunión con el fuego y con la seriedad y la madurez de una propuesta de estas características".

Recalcó: "Si bien hay una figura tiene muchos sentidos y abre a la dispersión de las interpretaciones que las personas pueden proyectar sobre esto".

Y ahora quedó la vara alta para las próximas propuestas, a desarrollarse el año próximo. Una de las ideas es tomar cenizas de esta primera intervención.

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