16/11/2021

Tres historias de angustia y de desesperación detrás de los despidos de Garbarino en Viedma

Alquileres al rojo vivo, un empleado convertido en quiosquero y el sueño de la casa propia hundido. "No se dan ni cuenta del daño que están haciendo", planteó uno de los exempleados.

Tres historias de angustia y de desesperación detrás de los despidos de Garbarino en Viedma

En marzo de este año comenzó una pesadilla para los empleados de Garbarino a nivel nacional, y por consiguiente en la sucursal de Viedma que estaba ubicada en la calle Buenos Aires.

Los trabajadores dejaron de percibir su sueldo al día y luego se cerraron las persianas sin poder ver a la cara al responsable directo Carlos Rosales.

En el caso de Viedma, los mismos empleados hicieron entregas de electrodomésticos con sus autos, porque habían fletes que habían quedado estancados. Siempre con la esperanza de que la empresa levantara cabeza y se vuelva a la normalidad.

La situación no fue así y la semana pasada recibieron los telegramas de despidos.

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Para colmo de males, Garbarino todos estos meses envió recibos de sueldos ficticios, porque lo único que entró a las cuentas bancarias fueron 22 mil pesos del REPRO II de la Anses.

Hoy lejos de los flashes iniciales de los medios y de los bombos del sindicato  Empleados de Comercio, que duraron un ratito, los despedidos en Viedma viven como pueden. Algunos se reconvirtieron en otra profesión, muchos volvieron a la casa de sus padres por no poder pagar el alquiler... el drama es insoportable. Lo mismo ocurre en distintos puntos del país.

Juan Pablo Mattica, uno de los voceros de la situación que hoy consiguió trabajo en una concesionaria, informó: "Nunca tuvimos respuestas de la empresa, fueron todas promesas incumplidas, hubo un par de negociaciones con los gremios pero no hubo respuestas". Y citó que justamente la novedad reciente fueron los telegramas, con la excusa de que el covid-19 los puso en situación de quiebra.

"Yo en una época estuve en PedidosYa cuando vino a Viedma, hay chicos que han vendido los autos, han dejado de pagar alquiler y se han ido a vivir con los padres, yo hoy en día tengo algo más o menos estable pero uno siempre estaba con esa esperanza de volver a la firma", detalló y completó: "No se dan ni cuenta del daño que están haciendo".

 

Hernán Bonet, otro de los afectados, dijo a NoticiasNet: "Hace siete meses que no recibimos sueldo, la empresa no aparece, no da respuestas a nada. Ahora nos mandó una carta documento con el artículo 247 de que nos quiere pagar el 50 por ciento, porque supuestamente la empresa se encuentra en crisis, pero no está en ninguna convocatoria ni presentó nada de crisis".

Agregó: "Se quieren lavar las manos continuamente porque presentan cartas de despidos sin causa pero después no pagan el despido, ni siquiera el 50 por ciento que ellos quieren pagar. No le podemos encontrar la vuelta y está muy complicado para conseguir trabajo, somos seis compañeros que la estamos luchando cómo podemos".

En su caso tiene un quiosco con su pareja, pero su estándar de calidad de vida decayó considerablemente.

Diego Díaz, quien justo había accedido a una casa por el plan Procrear y hoy está desempleado, también se encuentra con la calculadora debajo de la almohada por los malos manejos de la marca nacional. Al respecto, comentó: "Esto con Garbarino nos complicó un montón, en lo particular tuve el beneficio de la casa del Procrear y se me está complicando un montón pagar la cuota, porque el REPRO que nos están pagando son 22 mil pesos, cuando nuestro sueldo era mucho más que eso".

Detalló en esa línea: "Mes a mes voy analizando y voy viendo qué pago y qué no porque tengo deudas con la tarjeta de crédito que no he podido cancelar, estoy atrasado con dos cuotas de la casa, este mes el banco me complicó aún más así que tengo muchas complicaciones. No puedo pagar los servicios básicos de luz, gas, ya no tengo Internet, no tengo obra social desde enero porque Garbarino me generó una deuda".

Asimismo, señaló que las ventas de la mercadería que había adentro del local fue toda una operación de los Galiano, dueños del alquiler. Remarcó que ellos siempre actuaron de buena fe y no se llevaron ni una plancha para el pelo del local.

Sin dudas, la economía de los despedidos está en terapia intensiva. El drama es devastador.

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