Este es el gato cazador de murciélagos: la dueña contó que nadie se quería hacer cargo de su inspección

Una de las noticias que más debate ha causado en los últimos días corresponde al gato que cazó un murciélago y lo llevó como trofeo a su casa. La dueña se espantó por el peligro que conlleva esa presa y llamó a Zoonosis de Patagones. 

Le determinaron una cuarentena de diez días para el felino, a fin de controlar si contrajo o no rabia, con inspecciones cada dos días. Sin embargo, la propietaria contó que hubo un pasamanos en el asunto y nadie se quiso hacer cargo de sus estudios.

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Alejandra Avenente es la vecina que tiene al animal blanco con manchas negras, al que apoda "Gato Gordo". Contó a NoticiasNet que su mascota come merluzas, filetes de lenguado, alimento premium y hasta duerme con ella, por lo que no está descuidado. El hecho de no haber recibido la vacuna antirrábica dijo que fue porque no pudo concurrir al veterinario por problemas de salud.

Un especialista maragato comentó a este medio que muchos subestiman a esa enfermedad y los "peludos" sin protección son muchos más de los que se pueden imaginar. A pesar de que hace cinco meses falleció una joven de apenas 33 años en Coronel Suárez tras ser mordida por un gato con rabia. 

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En este caso puntual, Alejandra explicó: "Nosotros no tenemos patio, tenemos una terraza a la que el gato sale a la mañana, no sale a la calle. Salió y se encontró con este bicho y yo me asusté porque el gato tiene todas las vacunas, está castrado, tiene horario para la siesta, es un animal muy cuidado. Lo único que le faltaba era la vacuna de la rabia porque fui dos veces a vacunarlo y las dos veces tuve inconvenientes de salud y no pude llevarlo".

Asimismo, amplió: "Llamé al veterinario del gato y me dijo que los únicos que se pueden hacer cargo son los de Zoonosis, que fueron a buscar el murciélago y lo mandaron a analizar a Avellaneda. Zoonosis vino, se llevaron el murciélago y me hicieron firmar un acta de compromiso para que el gato esté diez días en cuarentena. A su vez, ellos me dijeron que tenía que buscar a un veterinario que viniera a hacerle los controles cada dos días".

Preguntó a cinco particulares y todos le aclararon que Zoonosis es "quien corta el queso" ante estos casos. Entre algunas idas y vueltas se acordó que ella misma les tiene que llevar su gato en un canil prestado. "Me parece una locura llevar al gato en el auto, que ya las dos veces que lo subí se mareó y empezó a gritar, por lo que el gato va a ir eufórico", sostuvo y completó que hay una mala predisposición por parte del área competente. 

Narró en ese marco que le manifestaron desde Zoonosis que tuvieron "demasiado" con ir a buscar a la presa de su mascota y ella les respondió que "es su trabajo, porque yo no voy a andar paseando a un murciélago por Patagones".

En cuanto a la salud de su amigo, precisó que se halla normal, sin ningún signo compatible con rabia, pero esperará hasta el décimo día para despejar todo riesgo. De hecho, puntualizó que el murciélago estaba bastante seco, lo que da entender que ya estaba muerto al momento de llevárselo a la boca. Lo único que está sufriendo es el encierro típico del confinamiento, ya que está acostumbrado a cumplir una rutina y no entiende porque lo dejaron "preso".

De todos modos, su prisión domiciliaria es en su propia habitación, al tiempo que su dueña se fue a dormir a otro cuarto. Además, es un "encarcelamiento" con buenos filetes de pescados. Lo prohibido dentro de su menú son todos los bichos con alas y orejas puntiagudas.