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Violencia de género: Las víctimas y los momentos de zozobra
Un caso emblemático de golpes hacia una mujer o la quema de su casa no termina con la actuación de la justicia, y aun cuando la víctima como el victimario tengan colocado el dispositivo dual y la pulsera electrónica, en forma respectiva.
Un alivio puede ser que en una situación extrema como la que atraviesa la joven de San Antonio Oeste la justicia ayude un poco más de lo debido.
Por ejemplo, avisar que hoy sonará su aparato porque el victimario viajará desde Las Grutas hacia esa ciudad para realizar trámites.
Sin embargo, los ojos de la víctima ven lo que no quieren aunque quedan fuerzas para salir.
Acordó con las autoridades que cuando su dispositivo dual quede sin señal, que no envíen un patrullero a su trabajo para evitar inconvenientes laborales. La alternativa es que la alerta sea telefónica.
Aun así. A veces, las víctimas tienen que escuchar algunos comentarios que hacen ruido en el alma.
Días atrás, la mujer tuvo que viajar a Viedma desde la ciudad sanantoniense en el mismo colectivo que trasladaba al agresor. Y el dual comenzó a sonar.
Algunas autoridades dijeron: “Tenés que ver el lado positivo, no te lastimó” en el micro.
La otra mochila, cargada de ladrillos, que debe llevar en sus espaldas, es acomodar su mente a través de un servicio de atención psicológica.
En Salud Mental, no hay coordinación con los turnos, y en determinadas oportunidades atienden a los usuarios cuando falta un paciente.
