Atención padres: Tampoco se puede jugar arriba del casco del Barco Hundido

Luego de que un niño se cayera de las letras del Cartel de Viedma, frente al Centro Cultural, la Municipalidad emitió un advertencia para que no se suban arriba por riesgos de que algún infante se lastime.

Ahora se colocó el mismo alerta en la parte frontal del Barco Hundido, un símbolo que fue restaurado por el artista plástico Juan Marchesi. 

A pesar de que el vecino destacado dijo que era un monumento para que los nenes jugaran, desde la comuna se estableció: "Por razones de seguridad, prohibido subirse al casco del Barco Hundido".

Parece que lo prohibido es más llamativo, dado que muchos padres hicieron caso omiso al letrero e incluso alentaron a sus hijos a que se suban para sacarse fotos para Instagram o para Facebook.

Lo cierto es que la precaución es muy necesaria, habida cuenta de que el barco aún en proceso de renovación, tiene fierros oxidados que podrían provocar una herida.

Este emblema de Viedma es una antigua chata motora del Servicio Oficial de Navegación del Ministerio de Obras Públicas de la Nación.

Bajo la denominación de 328-B, operó en aguas del río Negro entre 1924 y 1950, remolcando cargas hasta la confluencia con el río Neuquén y trayendo de vuelta frutos del Alto Valle rionegrino.

Por lógica, no es un barco hundido, porque está sobre la superficie de la costanera. Su término correcto sería encallado, pero popularmente ya se lo denominó como Hundido.