20/09/2020

Crean fertilizante usando luz solar y espinacas

Tecnología verde con bajo impacto al medio ambiente, te contamos de qué se trata

Crean fertilizante usando luz solar y espinacas

 

Instituto Tecnológico de California está trabajando en una forma de tecnología verde muy alentadora para el futuro del medio ambiente, el mismo está basado en las espinacas para desarrollar un proyecto tecnológico que convierte el dióxido de carbono en abono orgánico para las plantas, de esta forma se estaría combatiendo el calentamiento global mientras se producen fertilizantes de una manera ecológica y sostenible.

 

Formas alternativas

En este proyecto el punto clave fue crear cloroplastos artificiales. Los cloroplastos son las estructuras celulares que permiten a plantas y algas realizar la fotosíntesis, es decir, la conversión de la luz solar en energía química. Para ello hace falta que las moléculas de clorofila de su interior absorban la luz en primera instancia.

 

¿Cómo sucede?

La energía se almacena en forma de trifosfato de adenosina (ATP) y nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (NADPH) y luego un conjunto de enzimas emplean esos compuestos químicos para convertir el dióxido de carbono en glucosa. Una de las principales enzimas en este proceso es la conocida como rubisco.

En ese sentido, los investigadores decidieron sustituir la rubisco por enzimas mucho más veloces, ya que el proceso natural es relativamente lento. Para ello recurrieron a una combinación de dieciséis enzimas procedentes de nueve organismos distintos. El ciclo resultante, diez veces más veloz, se bautizó como CETCH.

 

Luz solar y espinacas

Ahora solo faltaba desarrollar los cloroplastos artificiales. Y es ahí donde usaron células de las hojas de espinaca para extraer sus tilacoides. Los tilacoides son unos pequeños sacos que contienen la clorofila y que pueden operar fuera de la planta como pequeñas centrales de procesamiento de luz solar.

 

Al emparejar los tilacoides con el nuevo ciclo CETCH lograron por fin alcanzar el objetivo del experimento: producir glicolato, un compuesto empleado en fertilizantes. Así, técnicamente se podrían crear factorías fotosintéticas capaces de producir abonos orgánicos simplemente a partir del dióxido de carbono y la luz solar. Conviene recordar que la producción de fertilizantes químicos es responsable de la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero como el metano.

 

Más soluciones

Además de la producción de fertilizantes, la nueva técnica abre la puerta a otras estrategias como aprovechar este tipo de fotosíntesis para generar compuestos químicos para la industria farmacéutica, también desarrollar plantas modificadas genéticamente para absorber diez veces más dióxido de carbono y que luego se empleasen en la producción de biocombustibles.

 

Foto: Pixibay

 

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