Labranza del suelo: Dos máquinas esenciales para realizarla

La labranza de la tierra es una actividad esencial del trabajo agrícola. De su buena realización, dependerán el crecimiento de las plantas durante la germinación, la emergencia de las plántulas y las etapas del establecimiento del cultivo.

Por ello, el momento correcto y la calidad de la preparación de la tierra son puntos fundamentales si queremos asegurar buenos rendimientos. Para lograr el mejor resultado, existen dos máquinas esenciales: el arado y las rastras de discos.

En esta nota, repasamos las características fundamentales de cada una y por qué son tan importantes en la labor agrícola.

 Las rastras de discos

Esta maquinaria agrícola es una de las necesarias para realizar la labranza del suelo. Está compuesta por un conjunto de discos de acero, de poca concavidad, montados en un mismo eje. Se diferencian de los arados de discos —que veremos más adelante— porque trabajan en posición vertical. Esto quiere decir que no tienen ángulo de entrada.

Dependiendo de las tareas que realicen, las rastras de discos pueden tener diversos tamaños. En base a ello, se dividen en:

●        Livianas: están formadas por discos de 50 a 56 cm de diámetro y se utilizan principalmente para desterronar, mullir o refinar la tierra arada destinada a la siembra. En algunas ocasiones, también se utilizan para una primera labranza en rastrojos poco densos y de suelos livianos.

●         Pesadas: Tienen discos de 60 a 100 cm escotados. Se utilizan para aquellas tierras con malezas o para enterrar restos luego del desmonte. El material de los discos puede ser acero al carbono o al boro.

El arado

En la historia de la agricultura, el arado es una de las herramientas más antiguas. Su diseño le permite abrir surcos fácilmente en la tierra, así como remover el suelo antes de la siembra.

Con la aparición de los tractores, el arado evolucionó hasta convertirse en una maquinaria agrícola de mayor tamaño y con una tecnología mucho más eficaz.

Tipos de arados y los beneficios que implican

Los arados de tracción mecánica, pueden dividirse en dos tipos.

●        Arado de reja y vertedera

Se trata de uno de los arados más utilizados en la labor agraria. Su funcionamiento consiste en  la penetración de la reja en el suelo, lo que produce el corte de una porción de tierra. Esta es volteada por la vertedera, dejando así, un surco abierto a lo largo del recorrido.

Este tipo de arado se utiliza para reducir la multiplicación de malezas en el suelo. Sin embargo, no se recomienda para el trabajo de suelos sueltos o aquellos que contienen gran cantidad de piedras o raíces.

●        Arado de discos

En este tipo de arado, como su nombre lo indica, los componentes de corte y volteo son discos. Estos giran alrededor de ejes unidos a un bastidor.

Los arados de discos son adecuados para terrenos secos y sólidos, pesados y adherentes o repletos de piedras y raíces. También se utilizan en los casos que el arado no debe invertir totalmente la capa de la tierra, con el fin de evitar la erosión.