14/08/2020

El crimen de los abuelos de la calle Guido sigue impune, a seis años de ocurrido

Hubo personas demoradas y se ofreció recompensa, pero nada se sabe de los responsables.

El crimen de los abuelos de la calle Guido sigue impune, a seis años de ocurrido

Se cumplieron seis años de los homicidios de Félix Ochoa y Paulina Valenzuela, ocurrido en Viedma en una casona de la calle Guido.

Para desgracia de la familia y de la sociedad, además de la pérdida humana, el crimen se encuentra impune. 

La Justicia no ha logrado en todo este tiempo establecer qué fue lo que pasó con los abuelos que fueron hallados sin vida en la tarde del 13 de agosto del año 2014. 

Apenas un tibio avance se pudo vislumbrar en el primer mes de investigación, con la identificación de dos menores de edad que fueron incorporados a la causa como presuntos responsables. Sin embargo, el paso de los días y la falta de pruebas concretas que le permitan a los investigadores hallar al menos una hipótesis para conducir la causa, se dictó la falta de mérito y hasta la fecha nada se sabe de lo que aconteció en los minutos previos al deceso de los abuelos. 

Hasta se ofreció una recompensa para quienes aporten datos valiosos a la causa. Tampoco alcanzó. 

Los homicidios ocurrieron el 11 de agosto en el interior de una casona ubicada en la calle Guido al 700. Y los cuerpos fueron descubiertos por un familiar directo un día y medio después. 

Las víctimas vivían solas, en matrimonio, y habrían sido asaltadas por al menos dos malvivientes quienes, una vez adentro del inmueble, maniataron a los indefensos abuelos en piezas separadas para cometer el robo.

La puerta de ingreso a la casa estaba cerrada pero sin llave y no presentaba signos de violencia.

En las mismas condiciones se encontraba la reja que protegía el frente de la vivienda.

Las autopsias comprobaron que no fueron sometidos a la violencia de los golpes, pero el robo sumado a la vulnerabilidad de sus cuerpos por la avanzada edad, generaron un cuadro de estres que precipitaron los paros cardiacos que acabaron con sus vidas.

Veinte días después fueron demorados dos menores, quienes tras ser indagados, se les dictó la falta de mérito. Inmediatamente se acusó a otras dos personas, también menores, sobre quienes no se encontraron suficientes pruebas para sostener la acusación.

La falta de información oficial, y los trascendidos surgidos desde las esferas del propio gobierno, generaron que los primeros datos comunicados a la opinión pública no tengan asidero en la realidad. Se habló de extrema violencia empleada por los asesinos y que los abuelos habían sido golpeados y torturados hasta morir. 

Aunque esto no sucedió, invadir una vivienda donde personas indefensas pasaban sus días, atarlos para robarles, y abandonarlos para que el final sea el ya conocido, es un acto de cobardía y violencia que debe ser ajusticiado y sus responsables juzgados y encarcelados

Te puede interesar
Ultimas noticias