04/06/2020

A tres años de la desaparición de Silvia Vázquez, el condenado a perpetua sigue sin ir a la cárcel 

El hecho generó conmoción en la Comarca y sumó un nuevo caso de femicidio. A tres años, el cuerpo siguen sin aparecer.

A tres años de la desaparición de Silvia Vázquez, el condenado a perpetua sigue sin ir a la cárcel 

Por Silvano Eric Rosso
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Se cumplieron el pasado 4 de junio tres años de la última vez que fue vista con vida Silvia Vázquez Colque, tiempo en el que a pesar de la búsqueda, los permanentes reclamos de la sociedad y las quejas hacia el sistema judicial, nunca se logró dar con su paradero. 

Fue por impulso de la familia y la ayuda de organizaciones de la ciudad, que se constituyó la querella para avanzar en la acusación hacia quien desde el principio fue visto como único responsable de su desaparición: su ex pareja y padre de sus pequeños hijos hijos Marcos Thola. 

Thola fue llevado a juicio después de constituida la querella, y durante el primer año de investigación, la fiscalía a cargo de la doctora Paula Rodríguez Frandsen no avanzó en una acusación formal por falta de pruebas. 

El hombre fue condenado a la pena de reclusión perpetua, por tratarse de un femicidio, pero a la fecha no está en la cárcel y tiene contacto permanente con sus hijos, hijos también de una madre que fue asesinada por acción de éste. 

‘A tres años del femicidio de Silvia Vázquez Colque, su femicida, Marcos Thola, sigue sin pisar la cárcel. Sigue a cargo de sus hijos. Sigue sin entregar el cuerpo de Silvia. Sigue sin haber justicia y reparación‘, expresa un duro comunicado del colectivo de Mujeres Organizadas de la Comarca, en el marco también de las distintas actividades que se desarrollaron un día antes, el 3 de junio, cuando se realizó un nuevo #NiUnaMenos, con una marcha que llegó hasta el mural de Silvia, ubicado en Winter y Álvaro Barros. 

El inicio de la investigación no fue el debido. Recién un mes después de ser vista por última vez, una amiga hizo la denuncia. 

Entonces las intervenciones realizadas no tendrían el resultado inmediato que tal vez si se hubiese obtenido de conocer inmediatamente la situación. 

Pero la Justicia no desconocía los hechos de violencia de los que previamente fue víctima Silvia, ya que en el mes de enero de ese año ella misma denunció un ataque de Thola por el cual resultó herida. 

A un año de la desaparición , en una entrevista exclusiva con Noticias de la Costa, Rodríguez Frandsen detalló las acciones que desde el Ministerio Público se habían impulsado. 

Aclaró que se respetó el protocolo de la desaparición de personas. “Se hicieron entrevistas con allegados, con medios de transporte, con efectivos de seguridad. Se consultó en Migraciones a ver si había salido por las vías legales porque no hay otra forma de controlar una salida del país; pericias en los celulares para establecer si había hablado con alguien, que dio resultado negativo. Ella no habló con nadie más desde la desaparición. Si bien el teléfono estuvo habilitado, recibía las llamadas y los mensajes que mandaban las personas que la estaban buscando, nunca contestaba. Como nadie atendía, no saltaba la señal del lugar donde estaba ese celular”, aclaró entonces la fiscal.

“Se trabajó en chacras y lugares allegados al marido, se allanaron casas, se secuestraron vehículos, se trabajó con luminol para ver si había manchas de fluidos, como sangre, pero no había ningún rastro en los domicilios de Silvia y de los parientes más cercanos”, aclaró aquella vez la fiscal.

Dijo también entonces que “no hay ningún elemento que nos pueda indicar con firmeza que haya ocurrido algo violento, porque no hay indicios respecto a eso, lo cual no se descarta porque tampoco hay indicios de que se haya ido por su propia voluntad”.

Cambio de panorama

La constitución de la querella a poco más de un mes de cumplirse el primer aniversario de la desaparición de Silvia, por impulso de la mamá y la hermana de la víctima, el acompañamiento de diversas organizaciones, y con el patrocinio letrado del doctor Favio Igoldi, modificó sustancialmente los avances obtenidos hasta ese momento. 

La querella presentó pruebas, que fueron tenidas en cuenta por el Ministerio Público Fiscal, para formular la acusación. 

Thola fue condenado a la pena de reclusión perpetua por considerarlo autor del delito de homicidio agravado por haberse cometido contra quién ha mantenido una relación de pareja y por haber sido perpetrado por un hombre contra una mujer, contexto de violencia de género. 

Se atribuyó a Thola haber sido quien entre las 22 del 4 de junio de 2017 y las 9 del 5 de junio de 2017, mediante un procedimiento violento que no es posible precisar, en un sitio no determinado con exactitud pero ubicable en la ciudad de Viedma, dio muerte a Silvia ocultando luego de este acto el cuerpo de la víctima para que ésta no fuera encontrada.

El Tribunal concluye que Thola ejercía distintas formas de violencia hacia Silvia y afirma en la sentencia: “Se ha demostrado que Marcos Thola no solamente podía desarrollar conductas violentas concretas que afectaran la integridad física de su pareja, sino que sometía a aquella a un constante maltrato y menosprecio porque se consideraba superior e instaló una relación asimétrica en la que uno era dominador y ejercía poder de señorío”.

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