28/11/2020

Tristeza en la ciudad: caras largas y camisetas de Maradona

En los últimos días se vieron rostros tristes, llantos y abrazos en la vía pública. Muchos vecinos salen a la calle con camisetas con la diez en la espalda para homenajear al ídolo. Te contamos historias maradonianas de la ciudad.

Tristeza en la ciudad: caras largas y camisetas de Maradona

El país y el mundo lloran a Maradona. Viedma y Patagones no son la excepción. Una profunda tristeza invade la comarca, que llora al pibe de oro.

¿Qué significaba Maradona para los argentinos? ¿Qué lloramos realmente cuando lloramos a Maradona?

Es muy difícil explicar el fenómeno Diego. Por eso se lo preguntamos a la gente.

 

Ángel tiene más de 35. En 1986 vivía en una pequeña casita con su mamá y sus hermanos. En un barrio muy humilde de Patagones. Tenían muchas necesidades y lógicamente no tenía televisión. “Recuerdo que miramos los partidos de México en la casa de unos vecinos. Íbamos todos los del barrio a la casa de una señora y Diego nos hacía felices. Nos emocionaba, nos alegraba, por un rato nos olvidábamos de todo lo que nos faltaba. Eso es Maradona, es alegría en el pueblo”.

El Mundial 86 se escuchó mucho más de lo que se miró. Fue más radio AM que televisión. Eran épocas de enormes relatores, como José María Muñoz y Víctor Hugo Morales.

 

Viedma celebró en la plaza Alsina, también en la costanera. Hasta vino la Copa del Mundo a la ciudad. Estuvo exhibida en el ex Banco Provincia de Río Negro, donde hoy funciona el CREAR. Si, el trofeo de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA estuvo en 1986 en Viedma. El mismo que levantó Maradona en el Estadio Azteca recorrió todas las capitales argentinas y estuvo un día en Buenos Aires y Saavedra.

Uno de los tantos personajes que hay en la ciudad es Gustavo, un trabajador del sector del turismo. Hace 19 años organizó un tour para los vecinos de Viedma y Patagones que fue a la Bombonera para la despedida de Diego.

 

Dos grandes historias quedaron de ese día. El primero, Elba Carrica, una abuela de Viedma que viajó solita para ver a Maradona entre tantos hombres. Fue a despedirse, después de haberlo visto tantas veces en la cancha. Abuela futbolera, bostera y maradoniana, es recordada en la Peña de Boca como la “abuelita bostera”, que incluso representó a la ciudad en el centenario del club xeneize e ingresó al campo de juego con una bandera de Viedma.

Su sobrina, Rosana, fue entrevistada por Noticias esta semana, para contar sus vivencias por haber asistido al Azteca el día de Argentina-Inglaterra del gol de La Mano de Dios y el mejor gol de todos los tiempos.

 

La otra historia es el propio Gustavo, coordinador del tour, que conoció a una chica en el viaje y luego se enamoraron… y se casaron en la Iglesia Maradoniana. Una locura hermosa y real. Su casamiento quedó inmortalizado en la película Amando a Maradona, dirigida por Javier Vázquez de 2007.

En octubre de 1997, la peña de River Plate en Viedma organizó un viaje al Monumental para ver el superclásico con Boca, sin saber que iba a ser el último partido de Maradona como profesional. Diego se fue del fútbol ese día y un grupo de vecinos estuvo ahí bajo la lluvia. Maradona solo jugó 45 minutos en ese compromiso y fue sustituido por Claudio Caniggia. Al mismo tiempo ingresó Juan Román Riquelme con tan solo 19 años de edad.

 

“Yo estuve ahí”, dice Martín, un fanático del millonario. Viajó con su tío al partido y pudo ver a Maradona. “Con el tiempo, fui tomando dimensión de lo que significó haber estado ese día en el Monumental. Perdimos 2 a 1, nos robaron el partido. Pero ahora con el paso de los años, cada vez valoro más haber estado ahí. Diego sabía que se iba: apenas salió a la cancha, miró hacia cada tribuna y comenzó a aplaudir. Nosotros estábamos en la platea media, debajo de los Borrachos del Tablón. Todos lo insultaban, hasta que Diego nos miró y nos saludó. El estadio se vino abajo, Maradona nos estaba saludando. Fue alucinante”.

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