23/11/2020

Barbijos que hablan: grabados que visibilizan la grieta digital

Un proyecto que genera acciones para conectar de forma real entre las personas

Barbijos que hablan: grabados que visibilizan la grieta digital

 

Durante el 2020 una pandemia nos tomó por sorpresa y las dinámicas diarias cambiaron, entre ellas verse en la necesidad de usar un barbijo para cuidarnos ante un virus que recorre el mundo, siendo la virtualidad el nuevo punto de encuentro, laboral, familiar, social, de entretenimiento y sobre todo educativo. 

 

En teoría la virtualidad “acorta distancias” sin embargo para  Sofía Catriel, Carolina Castronovo, Mariana Quichan y Héctor Garrafa,  son estudiantes de 3º año de la carrera de Profesorado en Artes Visuales, perteneciente a la Escuela de Arte Alcides Biagetti Nº 1, de Carmen de Patagones, con la cuarentena fue más notoria la “grieta digital” y para representar esta temática decidieron ponerse en acción con el proyecto “Barbijos que hablan” propuesta que por medio del grabado pone en primer plano la educación, el aislamiento obligatorio y en mundo online.

 

 

La virtualidad como disparador creativo

El proyecto que forma parte de la  materia de Grabado Básica partió de una vivencia compartida, aunque este grupo extraña los espacios habituales, también rescatan la idea de Hebe Roux “la escuela no está en las paredes sino que hacemos escuela, en una plaza, en un museo o través de la pantalla”.

 

Mariana Quichan, integrante del proyecto nos explica “la conectividad acrecentó la brecha, que es una brecha digital, que yo la llamo grieta digital porque dividió a los que tiene posibilidades de estudiar porque tienen los medios y los que no, ya sea porque no tiene celular, ni computadora, ni internet.  Fue así que buscamos una manera de visibilizar esta grieta digital que habita en lo educativo y lo hicimos carne mediante los barbijos; los barbijos hablan por nosotros. Este contexto acrecentó las desigualdades sociales no solo en lo económico, sino que también en lo virtual. Nos pasó que en una clase virtual que tuvimos en una de las materias, una compañera comentaba que recién ahora (siendo septiembre) se había podida conectar, porque no tenía ni internet, ni computadora; ella cargaba 200 pesos en su celular para usar datos móviles y así descargar los pdf que le mandaba la profesora y poder hacer los trabajos prácticos; otros decidieron abandonar las materias por la conectividad, a otros se les rompió la computadora y dejaron de cursar”. 

 

 

Compartir-escuchar-hacer: viralizar

 

Si bien en la actualidad todo el desarrollo del proyecto ha sido a distancia, el uso de las redes sociales les ayudó a expandir la idea e incluso interactuar con otras personas para dar con nuevos hallazgos que enriquecen su propuesta. 

 

“Las redes sociales contribuyen mucho con la difusión de nuestro proyecto, pero también lo hacen las personas que comparten nuestras publicaciones o nuestra página de Facebook.  Hace unas semanas atrás colgamos en Facebook un formulario con preguntas relacionadas a la educación en contexto de pandemia, que nos ayudó a recolectar opiniones e información proporcionándonos ideas para realizar las imágenes de nuestros barbijos. Por otra parte al viralizar esas imágenes por redes sociales, lograremos que  muchas personas puedan ver nuestra propuesta artística, sería ideal que puedan traspasar  el círculo artístico y familiar, osea que otros estudiantes se sientan identificados o que no estén de acuerdo, porque eso también puede suceder” nos cuenta Mariana Quichan

 

Herramientas para seguir en conexión

 

En su experiencia como equipo y con un marcado interés en visibilizar el acceso a la educación por medio de Internet, a la fecha lograron articular un circuito de comunicación para sobrellevar de la mejor manera la comunicación 

 

“WhatsApp nos sirvió como una herramienta fundamental para conectarnos como grupo, para organizarnos, ver qué hacer, qué no hacer, compartir ideas, imágenes, para coordinar tiempos de entrega de los trabajos, encuentros por Meet con nuestra docente en fin, pero a veces la conexión y los recursos tecnológicos tienen un límite. Por ejemplo un compañero que integra el grupo usaba los datos móviles de su teléfono para poder conectarse con el grupo, porque donde vive no llega la red de wifi; y a veces para hacer una videollamada tenía que alejarse de su casa, en este momento donde todos te piden que te quedes en casa, para así conectarse a alguna red de wifi, porque sino le gastaba mucho crédito del celular. En conclusión si bien las redes sociales, las aplicaciones y los dispositivos nos ayudan a conectarnos, encontrarnos de forma virtual y difundir imágenes, si no hay internet, no hay computadora, ni celular  ¿Cómo hacemos para continuar estudiando?” 

 

 

Si querés conocer más sobre este proyecto, seguí su proceso en el Instagram @barbijosquehablan, ahí algunos días comparten las imágenes con los barbijos que entregan a los/las docentes, las/los compañeras/os y a quienes deseen participar en la propuesta. 

 

Por: Leomarys Ñañe 

Fotos: Gentileza Mariana Quichan / @barbijosquehablan

 

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