Tras la condena al jardín, habló la abogada de la familia

La Justicia, a través del juez Leandro Oyola, subrogante del Juzgado Civil 1 de la capital rionegrina, condenó a un jardín maternal por haber expulsado a una nena por "llorar mucho y no adaptarse".

Una situación angustiante sufrida por una familia de Viedma, en la cual el Jardín Maternal privado al que asistía su hija le pidió que no la lleve más porque "lloraba mucho y no se adaptaba".

La abogada de la familia, Cecilia Crisol,  en diálogo con Radio Noticias en el programa Días Distintos, contó la versión de la familia: "La nena en ese momento tenía dos añitos, estaba en una sala de 3 años y en el período de adaptación. En un primer momento están con los papás y luego comienza el momento donde empiezan a estar solitos. En esa segunda etapa de adaptación la nena quedaba llorando".

Al ver esta situación, y según lo que expresa Crisol, la mamá de la nena preocupada por esta situación consultó a las docentes y le dicen "quedate tranquila, mamá, que es normal, pero luego se estabiliza". Luego del tiempo de adaptación, unas 4 semanas, la directora se comunicó con la mamá de la niña en cuestión para citarla a una reunión.

Al concurrir el día de la reunión y llevar al jardín a la nena, la directora le pide que no ingresen al establecimiento.

"La nena no se encuentra preparada madurativamente para esta institución. Te aconsejamos que la lleves a una psicopedagoga para que sea analizada y cuando se encuentre en mejor estado las puertas van a estar abiertas", sería lo que la directora del establecimiento le dijo a la mamá de la niña, según lo expresado por su abogada, Cecilia Crisol.

El tema recayó en Defensoría del Pueblo y desde allí se solicita a Supervisión que tome cartas en el asunto, solicitándole a la directora de la institución le informe acerca del proceder.

A pesar de haberse realizado una reunión intentando conciliar las partes, madre e institución, la postura del equipo del jardín era que la niña no podía asistir ya que "descontrolaba al grupo".

Después de visitas al pediatra, a dos psicopedagogas para informarse de alguna situación que la mamá desconociera y que por eso la niña actuara así, todo resultó en que la salud de la niña y su estado emocional y madurativo se encuentran dentro de los entándares de la edad.

A la situación se le dio el cauce jurídico correspondiente, se inició un juicio por daños y perjuicios contra la institución y luego de un litigio importante a nivel pruebas, el juez entendió que había una expulsión incorrecta.

La sentencia de la Justicia fue la condena de pagos y perjuicios, en concepto de daño moral, a la mamá de la niña. 

El caso trascendió la barrera de lo local, ya que sentó un precedente en la Justicia a nivel nacional.

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Foto ilustrativa: WEB