10/08/2019

Mi maldita vida y sigo en la vía

Mi maldita vida y sigo en la vía

Me dirijo a la Argentina con mucho respeto, aquella que me dio la vida. Hoy estoy escribiendo desde un humilde taller de chapa y pintura. En este momento se me caen las lágrimas, es lo que siento.


Soy casado, nacido en Coronel Pringles, mi tierra natal. Mi señora me dio una hija hermosa que la viví desde que nació hasta la fecha. Hoy cuento con ella y con lo humilde que soy con mi señora le dimos un buen estudio.


Hoy no valoran lo que los padres le dan. Mi autocrítica es que los padres estamos fallando, porque quizás estamos pensando en el dólar, en el coche nuevo o en cómo hacer más plata. Pero nuestras vidas se terminan y como dijo nuestro Papa: “Lo material no te lo llevas, te vas como llegaste”.


Por eso hay que darles valores, que se los ganen como nosotros nos criamos. Antes nuestros juguetes eran la lata de sardina como auto y la media rayada de trapo como pelota. Hoy las mamás solucionan todo con plata, les dicen: “Tomá y anda a comprar”, cuando antes a las cinco horas te llamaban Juan o Jorge, como te llamaran.


Hoy ya sé que todo cambió, pero tengo 51 años, me crié en la calle y hoy lo puedo contar. Vi drogas en mi época, pero decidí por el no. Hasta que llegó mi cédula de llamada. Me convertí en soldado y juré a la bandera por mi Patria. ¡Vaya, ahí aprendí a valorar a mis padres! Hoy por circunstancias de la vida solo cuento con mi papá. Perdí a mi madre y es lo que más siento en la vida.


Pero mi vida continúa, tengo que seguir. Si 100 veces me caigo, 100 veces me levanto. Solamente me rendiré a una enfermedad o algo del destino. Por eso le digo a la juventud de ahora que todo es joda, pero la joda se termina. Tenés derecho a disfrutar tu vida, pero mira hacia atrás que hiciste. 
Vas a ver qué lindo es, un dicho mío criollo… “No seas como el fósforo, al primer roce, no pierdas la cabeza”.

Por Marcelo Laurido.

DNI 20.046.768

Te puede interesar
Ultimas noticias