31/08/2019

Viedma y Patagones entre la justicia poética de los giles

Sebastián Borenztein director de “La odisea de los giles” habló con Noticias de la Costa acerca del éxito de la película y de la singular presencia de nuestra Comarca en la misma.

Viedma y Patagones entre la justicia poética de los giles

Por Mariano Herrera

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“Me encanta que se vean esos detalles. Yo agradezco mucho que la gente los valore” dijo Sebastián Borenztein, director de la película argentina del momento “La odisea de los giles” cuando le consultamos por un cartel que aparece en el filme y que hace referencia a Viedma y Carmen de Patagones.

Es apenas un segundo que se lo ve, hay que estar muy atentos pero no fueron pocas las personas que se sorprendieron al notar la presencia de ese cartel que dice “Centro de Distribución Viedma Carmen de Patagones”.

La escena se da cuando en la película se describe la importancia de la acopiadora de granos del pueblo y las obras de Vialidad Nacional en época en la que fue presidente Raúl Alfonsín.

“Ese lugar donde está ese cartel es un supuesto campamento de Vialidad que es el que supuestamente se monta en la época de Alfonsín cuando en la película cuenta que venían a hacer obras y rutas. Salimos  a buscar carteles de la época y apareció el cartel de Vialidad. Nos encantó y dijimos vamos a poner este cartel acá, es perfecto. Aparte era un proyecto real, de la época”, señaló Borenztein en entrevista con Noticias de la Costa.

“Fue una obra de la época, no inventamos nada, salimos a un depósito de chatarra vial y trajimos ese cartel”.

Acerca de la obra en sí, señaló que podría tratarse de algo relacionado a la Ruta 3 “La obra no sé si no era ampliación de la Ruta 3, me parece que en algún momento hubo un proyecto no sé si de ensanchar o alguna cuestión con la Ruta 3. Siempre había disputas con la Ruta 3, si le pertenecía a Río Negro, si le pertenecía a la provincia de Buenos Aires. Tengo el recuerdo de ir por la ruta 3 y pasar de una provincia a la otra y notar que la calidad de ruta cambiaba notablemente. Hasta Viedma venías bárbaro, después había un momento que estaba medio roto, estoy hablando de hace añares”.

“La odisea de los giles” está basada en “La noche de la Usina” de Eduardo Sacheri, el mismo escritor de “La Pregunta de sus ojos” que derivó en el filme “El secreto de sus ojos”.

En este caso, la película dirigida por Borenztein narra una historia ambientada en el marco de la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001. En un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, un grupo de amigos y vecinos pierde el dinero que había logrado reunir para reflotar una vieja cooperativa agrícola. Al poco tiempo, descubren que sus ahorros se fueron por una estafa realizada por un inescrupuloso abogado y un gerente de banco que contaban con información de lo que se iba a desencadenar en el país. Al enterarse de lo sucedido, este grupo de vecinos decide organizarse y armar un minucioso plan con el objetivo de recuperar lo que les pertenece.

La historia resulta realmente emocionante, con situaciones tragicómicas y está protagonizada por Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Araoz, Carlos Belloso, Rita Cortese y Andrés Parra, entre otros.

En Viedma suele darse la particularidad de que si la película gusta, el público aplaude lo cual es llamativo ya que no hay ningún protagonista para aplaudir pero de esa manera igualmente se reconoce lo visto en la pantalla grande.

“Es lo que está pasando en todas las salas, la gente termina la función y aplaude como una necesidad de expresarse. Es precioso, muy lindo eso”, dijo Borenztein.

“Una suerte de catarsis”

Pese a que ya pasó un tiempo los argentinos y argentinas tenemos muy presente la época de 2001, 2002 con el corralito y todas sus consecuencias “La película le ofrece al espectador una suerte de catarsis, todos quieren ser parte de ese grupo de giles que salen a recuperar lo que les pertenece, como que hay una suerte de justicia poética en la pantalla”, manifestó Borenztein quien también analizó esta cuestión de poder reírnos de situaciones trágicas como la que vivimos.

“Lo que ocurre es que primero hay una suficiente distancia en el tiempo con los acontecimientos, segundo que hay una aventura encarnada por un grupo de tipos muy heterogéneos, gente muy común que decide desafiar a una cosa muy poderosas y eso siempre genera mucha empatía en la gente. El otro día alguien decía que esto es una comedia de pobres. Un grupo de tipos comunes que se envalentonan contra algo muy grande y eso genera mucha empatía. Todos tenemos algún eco con esas épocas además, por supuesto”.

En el caso de los personajes los hay bien diferentes porque entre ellos podemos encontrar desde un peronista hasta otro con ideas anarquistas “Esa es un poco parte de la magia de la película. Cuando yo leí “La Noche de la Usina” de Eduardo Sacheri que es de donde viene esta historia, lo que a mí me gustó particularmente era la historia, el cuento pero también los personajes. El hecho de que un grupo de personas tan distintas entre sí incluso ideológicamente antagónicas, a la hora del objetivo común dejan de lado todo, se ponen la camiseta y van tras ello. Ese es un lindo mensaje, una linda metáfora”.

Quizás en esta actualidad en la que los antagonismos son bien palpables, ese ir todos juntos se torna más difícil. “Evidentemente nos está costando porque no estamos pudiendo hacerlo pero es el único camino. Se sale adelante cuando uno se pone en foco con el objetivo y se da la mano con los demás, y deja de lado diferencias por un bien mayor, por un bien común. Algo tan básico como eso deberíamos poder lograrlo en algún momento”.

Un cuento al revés

Al igual que ocurrió con “El ciudadano ilustre”, la película de Borenztein está ambientada en un pueblo lo cual genera que logre mucha identificación con justamente los pueblos y las localidades del interior de nuestro país “Generalmente el cine se hace como del Obelisco hacia el interior y este cuento es al revés. Tiene el epicentro en un lugar muy chiquito que es como la gran característica de la gran mayoría de nuestro interior, pueblos chicos. De pronto que el mensaje venga desde ahí, evidentemente tiene que generar una empatía con mucha gente”.

En ese sentido agregó “Nosotros contamos una historia grande que comienza en un pequeño pueblo y eso indefectiblemente tiene que ser como resultado, algo muy atractivo, especialmente para quienes se identifican porque viven en esos pequeños pueblos. Está lleno de esos pequeños pueblos a lo largo y a lo ancho de nuestro país y creo que la sensación de la gente en ese sentido es muy grata. A mí me gustaría sentirlo de esa manera si yo viviese en un pueblito del interior, sin ninguna duda”.

En cuanto a la elección de los actores y actrices, explicó que fue cayendo de maduro que los Darín iban a hacer de padre e hijo también en la pantalla “porque de alguna manera ellos montan una productora y este era un trabajo ideal para tenerlos juntos. Sabíamos que Fontana lo iba a hacer Brandoni (Luis) porque lo vimos desde el primer instante. Cambiamos  algunos géneros en la novela. Había un personaje que era masculino y lo convertimos en femenino y dijimos que lo tiene que hacer Rita Cortese. Verónica Llinas era la esposa perfecta de Perlassi (Darín). Así fuimos llenando los casilleros con este elenco precioso que presentamos”.

En el caso de la gran interpretación de Carlos Belloso, Borenztein dedicó un párrafo aparte “Belloso es una cosa para tenerlo en la mesita de luz. Una de las razones por las que lo convocamos es porque justamente es un especialista en hacer estos bichos, estos monstruitos”.

Queda un largo recorrido

Si bien originalmente la historia transcurre en un pueblo llamado O´Connor, en la película sucede en Alsina “Es un pueblo que está a 124 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y a unos 16, 17 kilómetros de Baradero. La laguna la filmamos en Lobos, la estación de servicio la filmamos en Villa Ruiz, ahí cerquita de Luján. Filmamos por varios lugares del interior de provincia de Buenos Aires. La novela transcurre en O´Connor, salimos a buscamos un O´Connor y encontramos Alsina y yo decido no cambiar el nombre”.

En cuanto a las expectativas, el director del filme indicó que las mismas continúan  pese a los miles y miles de espectadores que ya llenaron los cines en todo el país “Sí porque da la impresión de que esto tiene para un recorrido largo acá en Argentina. La primera quincena de septiembre la presentamos en Toronto, la última quincena de septiembre la presentamos en San Sebastián y tenemos la expectativa de que la película tenga un recorrido largo, sobre todo por la cantidad de gente que ya la fue a ver”.

Justamente el cine en varios puntos del interior se convierte en una de las pocas salidas que existen “Es una salida para mucha gente y me parece que la película se vuelve de ese tipo de películas que la gente quiere ir a ver porque no quiere quedarse afuera de la conversación.

Vas al cine, vas a tu laburo y la gente comenta y hay dos que no fueron y tienen que ir corriendo a verla porque se quedan afuera. Se empieza a dar ese tipo de fenómenos, el boca a boca de la película está bueno. Nadie quiere perderse hacer ese viajecito de 115 minutos que te reconfortan”.

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