18/08/2019

EL ORO Y EL BARRO

EL ORO Y EL BARRO

 

EL ORO Y EL BARRO

Atendiendo a los aportes de nuestros lectores y a que no se diluya el análisis de cada tema, o quede eclipsado uno u otro semana tras semana, decidimos hacer mutar la columna. Dividirla en dos. La economía y la política. El oro y el barro.

EL ORO

DOMINGO AZUL Y LUNES NEGRO El dato de inflación de 2,2%, ayer pasó sin pena ni gloria. Es el último reflejo fantasma de un proceso de desinflación que se aborta por la imprevisibilidad que plantea el sistema político argentino. Los resultados del domingo, abortando la reelección de Macri, generaron un tembladeral en la cotización del dólar, las acciones, los bonos. No se salvó nada. Lo que se preveía que podía llegar a pasar si ganaba Fernandez, pasó. Lo que nadie descontaba era un triunfo de esta contundencia.

El lunes, los mercados pusieron precio al abandono del plan del gobierno. El plan que lo llevó al fracaso electoral. Muchas veces hablamos de la dispersión entre los resultados del mismo en las planillas de la macro y lo que percibían los argentinos. Recién con la estabilización del dólar comenzó a palparse cierta estabilidad. Todo el año nos preguntamos si no iba a ser tarde. Si dando vuelta recién en Abril el círculo vicioso de desgaste de la imagen presidencial y desmejoramiento de la economía, llegarían los cambiemitas competitivos a Agosto. Y no llegaron.

Las medidas tan profundamente contractivas, al tiempo que no tenían efectos todavía positivas palpables, suponen un sufrimiento muy grande para los argentinos que han decidido el domingo no convalidar. Si bien el retiro de la campaña de Lavagna puede darle cierto oxígeno al oficialismo, hoy por hoy se da por descontado que el próximo presidente será Alberto Fernandez.

Por algo estos ajustes nunca se realizan en años electorales. Se pierden las elecciones. Por otro lado, venimos hablando también de los peligros que supone vaciar de cualquier contenido la propuesta, reduciéndola a enunciados románticos y voluntaristas. De ambos lados de la grieta. El problema que supone la no existencia de acuerdos básicos y mínimos acerca de cómo va a encarar la Argentina sus problemas de cara al futuro quedaron evidenciados el Domingo y el lunes posterior. La rotunda derrota del oficialismo causó pavor en los mercados. No era para menos. No había al domingo mayores certezas acerca de los programas opositores.

LOS DEBERES DE LACUNZA La salida del ministro Dujovne, anunciada varias veces, finalmente se dio. Sin formar parte de una reestructuración general del gabinete, como una isla. Tal vez hubiera sido más conveniente y acorde con el estado de las cosas y con la imagen que quiere demostrar el gobierno de cara al electorado, una reestructuración profunda. La realidad es que en pocos meses, no habrá un gran impacto en la gestión, podría aunque sea haberse logrado un golpe de efecto.

Las tareas que le esperan a Lacunza no son menores. Deberá asegurar un próximo desembolso del fondo monetario, monitorear la evolución de los precios luego del salto inflacionario, darle racionalidad fiscal a las últimas medidas tomadas por el gobierno nacional, al tiempo que deberá pensar también en clave electoral. Por otro lado, acordar con los gobernadores luego del estado de alarma en el que se encuentran por las mismas medidas. Todo esto, tutelando al central en la administración de los benditos dólares, con los que se tiene que intervenir en el mercado cambiario, atender deuda y no dejar que las reservas implosionen. Nada sencillo.

SIN INCENTIVOS No hay mayores incentivos pareciera, ni para Macri ni para Fernandez, de entablar un acuerdo cierto. El magro diálogo entre los candidatos y alguna definición de los eventuales colaboradores de Fernandez trajo un poco de calma. Pareciera que esto, sumado a alguna intervención del central, serán los elementos estabilizadores. Las medidas del gobierno, necesarias pero de corte netamente electoralista, no tienen esta finalidad. Sería un gran avance el acuerdo entre los principales candidatos acerca de un puñado de puntos básicos. Pero de tanto repetirlo cansa.

Por ejemplo, será muy bueno volver a los superávits gemelos como señaló Fernandez. Nadie duda de ello. Pero el camino sería por lo menos tortuoso.  La crisis en la que estamos es muy distinta de las pasadas. Y una devaluación no licúa el gasto público, como sucedió en otras. Con un gasto estatal indexado, que necesariamente crece automáticamente con cada salto inflacionario, no se puede echar mano a la salida de la mega-devaluacion. Esto solo sirve para desaparecer el pasivo del BCRA, léase Leliqs, con la consecuente pérdida del ahorrista. El panorama es complejo y muy diferente al posterior a la crisis de 2001.

 

EL BARRO

LAS NACIONALES Y VIEDMA Nuestra ciudad desanda su propio camino a Octubre en este contexto. Viedma vota el seis, a pocos días de la elección nacional. Si bien pareciera que la voluntad de aislar a la ciudad de la coyuntura nacional pudiera dar frutos, lo sucedido el domingo impactará por lo menos en la manera en que los candidatos planteen su campaña. Veremos llegado al caso si la marea azul genera un replanteo de fuerzas entre los numerosos dirigentes que compiten hoy por la intendencia.

Pareciera, a priori, que esto beneficiaría a Rousiot. Detentadora del sello TODOS y candidata oficial de la alianza en Viedma. Ella sería la principal depositaria de algún caudal electoral adicional que sumara esta marea azul. Evelyn se encuentra ante una elección difícil en Octubre, con el principal candidato identificado con el justicialismo y con una colectora cuya base electoral también mana de votos PJ principalmente.

El gran resultado del frente de todos podría permitirle contener con un discurso adecuado y la presencia del sello nacional en la boleta, una mayor cantidad de votos kirchneristas. Es necesariamente la más beneficiada del triunfo del domingo. Y de esta teoría parece haber acusado recibo el vicegobernador, si uno pone atención en la confección de su lista.

Por el lado del oficialismo municipal, la apuesta a De Rege pareció correcta para sortear el derrotero interno. Para ser competitivos, tienen que retener al mayor número de votantes históricos de la fuerza en sus diversas expresiones. La lucha en contra de las mareas verde primero, y azul ahora.

Cuando la espuma baje, la apuesta es a un escenario de tercios. Con un peronismo no solo dividido en varios candidatos, sino también con un candidato de Juntos de extracción PJ. Veremos que sucede y si esto se termina dando. La estrategia de tener una colectora intenta suplir la necesidad de algún votante que quiere continuidad pero a su vez expresar su enojo con la gestión. Lógico luego de 15 años de la misma.

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