06/07/2019

EL ORO Y EL BARRO

EL ORO Y EL BARRO

 

EL ORO Y EL BARRO

Atendiendo a los aportes de nuestros lectores y a que no se diluya el análisis de cada tema, o quede eclipsado uno u otro semana tras semana, decidimos hacer mutar la columna. Dividirla en dos. La economía y la política. El oro y el barro.

 

EL ORO

EL ACUERDO MERCOSUR-UNION EUROPEA ha sido el tema más importante de la agenda la última semana. Si bien hasta que no tengamos detalles sería poco responsable hacer diagnósticos, lo que sabemos en general de la integración comercial nos hace pensar que sería  beneficioso para la Argentina. En tanto constituye un incentivo importante para llevar adelante reformas estructurales dentro de nuestra economía.

A priori, los grandes ganadores serían la industria europea y el campo del Mercosur. Pero aún es pronto para adelantar un análisis, dado que la forma de implementación es tan importante como el acuerdo mismo y las reformas que lleve adelante la Argentina lo son aún más. Poner en marcha un acuerdo sin ningún correlato reformista doméstico, sería más negativo que positivo.

Por el lado de los perdedores, justamente estarán la agricultura europea y los sectores que viven a la sombra del proteccionismo en los países del Mercosur. Que hayan plazos para compensar pérdidas y reconvertir sectores es clave. Entre ellos el principal sector, que torna menos competitivos a todos los demás. El Estado.

Por supuesto que habrá grandes dificultades de implementación y sectores que serán perjudicados, si no heridos de muerte. Está en el Estado muñirlos de las herramientas para ser competitivos con las nuevas reglas de juego. Depende de la Argentina en primer lugar avanzar en la agenda postergada durante tanto tiempo de mejora en la competitividad no vinculada al tipo de cambio. Nuestro país tiene mucho para ganar. El comercio internacional mejora el bienestar en todo el mundo. Es seguramente uno de los temas donde casi todos están de acuerdo.

La Argentina tenia, antes del acuerdo Mercosur-UE, acuerdos comerciales con menos del 10% del PBI mundial. Nuestro vecino Chile, con casi el 90%. Este acuerdo ha sido aprobado por la OCDE, foro de 36 países que originan el 75% de la inversión y el 60% del comercio global. Del que la Argentina busca también formar parte. Un país que se integra y comercia mejora necesariamente. Repetimos, no hay discusión en este punto.

Por supuesto, puede haber pujas distributivas sobre cómo se reparten esas ganancias del libre comercio. Por decirlo de manera sencilla, cada país intenta manipular la relación de manera que lo beneficie.  Hay que recordar que desde 2015 a 2019 las exportaciones argentinas están recomponiéndose en un 18%, revirtiendo la caída del 32% observada desde 2011 y hasta 2015.

Para continuar el este camino de las exportaciones, un paso son los acuerdos bilaterales que permitan sortear barreras arancelarias. El acuerdo es la primera reforma estructural lograda por el gobierno de manera voluntaria y no por necesidad.  El paquete necesario incluye muchas otras cosas, reformas impositivas, previsional, laboral y del Estado.

En nuestro país, los costos domésticos son muy grandes. Por dar un ejemplo, un trabajador necesita más de 180 días solo para pagar impuestos. Ese trabajador, necesariamente va a ser caro. Exportamos impuestos. Argentina necesita abrirse y también pensar cómo va a compensar a los que pierdan o a ayudarlos. Pero permanecer en la inacción y escindido de lo que ya es una corriente mundial, es seguir en la pobreza.

POR AHORA, LA PAZ sigue reinando en las principales variables de la economía. Empezando por el tipo de cambio. Todavía es pronto para decir que estamos mirando hacia la luz al final del túnel, o si lo que vemos es un episodio más de populismo cambiario. Con el dólar planchado hasta las elecciones. Lo cierto es que, con la ayuda del saber que el gobierno mantendrá la estabilidad cambiaria a como de lugar, todo se ha estabilizado un poco y se ha salido del círculo vicioso en el que estábamos hasta Marzo.

El dato de inflación, que se descuenta en el rango del 2,5% y el 3% vendría a darle al gobierno una señal más de que su plan torniquete ha funcionado. Con el recupero de la confianza y estas variables estables en el tiempo, podría comenzar a relajar muy de a poco el programa. Comenzar a crecer. Con agosto en ciernes, el proceso se ralentizará. Y mucho.

 

EL BARRO

AL FINAL OCTUBRE estaremos un tiempo ocupados con noticias locales. La fecha de las elecciones en Viedma y el apoyo a la candidatura de Leandro Massaccesi por parte del intendente Foulkes son las noticias de la semana. Si bien la vida interna de Juntos por el Cambio (otrora Cambiemos) en la provincia, también lo fue. De lo último, no hay mucho más para decir que lo escrito en las crónicas hasta el momento.

Si Cascón persiste en su voluntad de ir a la PASO, lo hará en una boleta corta. No junto al presidente. El lugar de Senador de Juntos por el Cambio quedaría blanco, predisponiendo al corte. Parece más una cortesía unilateral a un gobernador candidato en ese tramo. Que por su parte ha tratado de provincializar al máximo su perfil hasta ahora. Esta dinámica se ha repetido a lo largo de todas las elecciones hasta ahora, Macri del lado de los oficialismos provinciales.

Si habrá reciprocidad, es una incógnita. No parece descabellado que en una provincia con presencia cuasi nula de Juntos por el Cambio, y que viene de una elección en Abril ruinosa, se privilegie al principal aliado. El gobernador. Traemos el tema, porque tiene un correlato local. La elección de la fecha: El intendente debió elegir lo menos peor.

Todo hace pensar que cuando pensaron en Octubre desde la municipalidad, la fecha era el 27 y no el seis. En ese escenario, con una polarización al extremo y con la PASO haciendo las veces de elección general,  el oficialismo local preveía una réplica de lo que se dio en el ballotage de 2015. Con Macri cosechando alrededor del 40% de los votos, frente a un 60% del Frente para la victoria. En este escenario, con un candidato a intendente oficialista que lograra morigerar el impacto del corte hacia la boleta de Weretilnek, podría el oficialismo viedmense tener una oportunidad. En el medio, pasaron cosas. De las que tenemos certeza, podemos hacer un recuento.

Al principio, había dos fechas. Septiembre el 29 y Octubre el 27. El lunes era la fecha límite en caso de que el oficialismo local hubiera decidido ir en Septiembre. Ese día, se exterioriza desde el municipio que se votará en Octubre. En simultáneo se determina desde nación la no adhesión del tramo a Senador de la Alianza cambiemita rionegrina en la boleta de Macri.

Esto determinó claramente la voluntad de la alianza a nivel nacional de devolver la gentileza y ayudar al gobernador, con lo poco que puede. En este nuevo contexto, yendo el 27 de Octubre, Foulkes y su candidato se quedaría solo intentando contener al voto Macrista del corte. Contrariando la voluntad de su partido a nivel nacional. La única salida, aun sin ser la elección primigenia, fue Octubre. El nuevo Septiembre.

LEANDRO MASSACCESSI es finalmente el candidato del intendente de Viedma a sucederlo. Con Foulkes como figura principal del oficialismo capitalino y como uno de los pre-candidatos que viene desandando el camino de la candidatura desde hace más tiempo. Sería difícil que Massaccesi no pase los filtros partidarios. A su vez, es uno de los dirigentes no peronistas mejor ponderados en el electorado.

Alguna vez hablamos de la dicotomía del intendente, entre un candidato de su riñon y un candidato que no lo fuera. Siendo el primero más conveniente porque cierra para adentro y el segundo porque podría tener mayor competitividad afuera, hablando coloquialmente. Massaccesi es lo segundo, pero parece llegar por el consenso.

Hasta ahora hemos sido rehenes de la elección de la fecha, Habiéndole dedicado las últimas dos partes políticas de la columna de manera casi excluyente a la realidad del oficialismo capitalino. La semana que viene, en esta sección de la columna, ya podremos seguramente de hablar de todos los candidatos y su realidad. Dentro de su partido y de cara al electorado.

La fecha era la una de las variables más importantes. A diferencia con una elección el mismo día que la presidencial, donde el candidato local solamente debe retener el voto de su superior partidario, hasta el seis de Octubre tendrán que ponerse la campaña al hombro.

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