17/06/2019

Películas para entender la crítica de la arquitectura moderna

La cuestión del espacio es central tanto en el cine como en la arquitectura. 

Películas para entender la crítica de la arquitectura moderna

 

El hecho de que el cine haya surgido contemporáneamente a la arquitectura moderna tal vez le haya atribuido el papel de instrumento de crítica.

Lo cierto es que diversas producciones cinematográficas acabaron convirtiéndose (incluso sin la intención del ser) en ejemplos memorables de crítica de la arquitectura y sociedades modernas.

 

 

Crítica del hábitat moderno

 

 Mi tío (Jacques Tati, 1958): En visita a la familia de su hermana, Monsieur Hulot es recibido en una casa muy lujosa, lista para las necesidades de la vida moderna. Espacios racionales, automatización, una variedad de utensilios y dispositivos tecnológicos forman parte de este nuevo contexto. La irónica figura de Hulot intenta en vano adaptarse a la nueva realidad que promete facilidad y confort, pero que presenta sólo obstáculos y resistencia.

 

Crítica a la política de vivienda

 

El mito Pruitt Igoe (Chad Freidrichs, 2011): Documental sobre el conjunto habitacional Pruitt Igoe, proyectado por Minoru Yamasaki y construido en los alrededores de la ciudad estadounidense de St. Louis. La película presenta las motivaciones que llevaron a la construcción del enorme complejo habitacional y las contradicciones que llevaron a su implosión en 1972, momento histórico en que algunos críticos (emblemáticamente) definen como el fin de la arquitectura moderna.

 

Crítica a la ciudad moderna

 

 Playtime - Tiempo de diversión (Jacques Tati, 1967): La austeridad de la vida en la ciudad moderna es retratada una vez más por el contraste con la figura nostálgica de Monsieur Hulot. A través del cómico desplazamiento del personaje principal, la película trata de la cuestión de la identidad del individuo frente a una realidad cada vez más mecanizada ofrecida por la ciudad moderna, la cual fue retratada en la película a partir de un gigantesco escenario que contaba literalmente con edificios construidos sobre ruedas.

 

Crítica al consumo

 

 Dos o tres cosas que sé de ella (Jean-Luc Godard, 1967): Godard usa imágenes de las transformaciones urbanas ocurridas en las periferias de París en la década de 1960 como metáforas para la vida de los personajes. El cotidiano de las mujeres retratadas en la película es narrado a partir del cotidiano del urbe - consumismo, capitalismo y globalización aparecen como temas centrales de la historia, sea en relación a la ciudad o de las mujeres.

 

La crítica al control

 

 Alphaville (Jean-Luc Godard, 1965): Alphaville es una ciudad hostil, sombría y deshumanizada ubicada en un futuro impreciso. En ella, todas las acciones sociales son controladas por un sistema central, un ordenador que recibe el nombre de Alpha 60 que calcula y dirige el destino de todos sus habitantes. Esta sociedad distópica, dominada por la tecnología, parece tener más que ver con nuestra realidad de lo que nos gustaría - y las consonancias aumentan cuando recordamos los emprendimientos Alphaville que surgieron años después, promoviendo un modelo al menos cuestionable de urbanidad.

 

 

Fuente: Plataforma Arquitectura

 

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