02/06/2019

El tabaco, un enemigo silencioso que no tiene piedad

Gran parte de las enfermedades neumológicas son causadas por fumar, a la vez que siempre complica otras patologías que son indirectas. A pesar de esto, la adicción a la nicotina es más fuerte.

El tabaco, un enemigo silencioso que no tiene piedad

Por Fernando Manrique

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Este viernes 31 de mayo se conmemoró el Día Mundial Sin Tabaco, que busca concientizar a la población sobre los perjuicios de fumar.

El cigarrillo es el causante de gran parte de las enfermedades respiratorias, una cuestión que es conocida mundialmente, pero muy a pesar de ello es difícil superar la adicción a la nicotina.

Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo de tabaco se lleva la vida de más 7 millones de personas anualmente, de las cuales 6 millones son consumidoras del producto y alrededor de 890 mil son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno.

Se estima que la mitad de los fumadores mueren de alguna enfermedad relacionada al consumo de tabaco y que viven en promedio 10 o 15 años menos que los no fumadores.

En Argentina, de acuerdo a la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, la prevalencia de consumo de tabaco tiene una tendencia descendente desde 2005, evidenciándose una reducción al 25 por ciento desde entonces.

Sin embargo, a pesar de la mejora en algunos indicadores, es necesario resaltar que la prevalencia de consumo de tabaco y la mortalidad atribuible a ello continúan siendo de las más elevadas de la región.

Muchas enfermedades por un pucho

Dialogamos con Mariana Alberto, neumóloga del Hospital Artémides Zatti, en relación a la problemática del tabaco y sus principales enfermedades.

Al respecto, explicó: “El tabaquismo es una adicción que está muy instalada en la sociedad. En general no se lo toma como una adicción sino como una actividad que se puede hacer y dejar cuando se quiere y se le resta importancia a que las sustancias que conforman el cigarrillo llevan a un comportamiento adictivo. Tiene múltiples tóxicos, por eso está relacionado con un montón de tipos de cáncer, no solamente de la vía área como la boca, la lengua y los pulmones sino que también tienen mayor incidencia en otros tan alejados como el cáncer de cuello de útero, el cáncer de mamas, el cáncer de vejiga y el cáncer de riñón”.

La doctora agregó, en la misma línea, que el humo empeora el asma y es muy nocivo para los niños que conviven con fumadores. “Muchos papás creen que porque fuman afuera ya no hay riesgo para los chicos y yo siempre les digo que en realidad muchas de las partículas que forman parte del humo quedan en la ropa, en el pelo, en la piel de los papás y los mamás y después son aspirados por los niños. No sólo son aspirados sino que también entran en contacto con la piel de ellos y son tóxicos. Lo ideal es no fumar, en especial cuando los niños son chiquitos”.

Asimismo, nombró la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que es la tercera causa de muerte en adultos a nivel mundial y “está provocada por el humo, principalmente del cigarrillo, pero también se puede generar por estar expuesto al humo de forma pasiva”. “Consiste principalmente en la obstrucción de la vía aérea. Esto se hace de forma reversible en un tiempo, o sea que se puede abrir y cerrar, y después ya deja de ser reversible y se hace algo fijo. Entonces, el paciente empieza a tener obstrucción, imposibilidad de sacar el aire en forma completa y esto pasa en forma crónica”, informó.

La especialista señaló en ese orden: “La mayoría de los pacientes que yo atiendo fuma o ha sido fumador. Muchos dicen ‘si no dejé hasta ahora, de algo hay que morirse’ y en realidad siempre hace bien dejar de fumar, siempre tiene efectos positivos en el cuerpo”.

A la vez, el tabaco en si mismo complica a otras patologías no directas como la diabetes o la hipertensión, pues “cada cigarrillo genera más o menos seis horas de hipertensión posteriormente a haberlo fumado y generalmente el fumador antes de las seis horas ya se fumó otro y otra vez se vuelve a elevar la presión arterial. Y si bien no es tan directo el efecto, eleva también el nivel de azúcar en sangre. En general el problema es que es una suma de factores de riesgo”.

La moda de los vapeadores

Ante las nuevas leyes que obligan a las tabacaleras a advertir los peligros de fumar en sus paquetes, las empresas se han ingeniado en implementar otros dispositivos como los cigarrillos electrónicos o vapeadores.

Estos dispositivos, aunque en Argentina están prohibidos por la ANMAT, se venden libremente y las sociedades de profesionales comprometidas con una respiración sana alertan a la población su no utilización.

Advirtió que esta peligrosa tendencia tiene mayor peso en los adolescentes.

Al respecto, apuntó: “El tema es que uno en realidad no sabe qué es lo que tienen, ya hay algunos estudios hechos que comparan el uso de esto versus no usar nada y se generan enfermedades también. La realidad es que también son tóxicos, muchas de las patologías respiratorias están formadas por el humo en sí, no hace falta que sea humo de cigarrillos. Para la EPOC hay distintos humos que son factores de riesgo y éste probablemente también sea un factor de riesgo”.

“No sé si pueden ser más peligrosos, porque el cigarrillo común tiene muchos tóxicos cancerígenos, pero lo que sí tiene de muy peligroso es que lo venden como algo inocuo y no lo es. Además, los están vendiendo como algo para niños porque incluso venden con motivos de Hello Kitty o de otros personajes y les hacen una propaganda como si fuera algo lindo para que empiecen los niños. Eso es terrible, eso es malísimo”, lamentó.

Por último, la médica precisó que desde el hospital siempre hay folleterías con información sobre el tabaquismo y hasta hay aplicaciones para dejar de fumar aunque siempre es importante empezar un tratamiento para soltar los cigarrillos con la guía de un especialista.

Notables cambios

Los números son claros respecto a los beneficios que tiene una persona al dejar de fumar, que se pueden visualizar en minutos y duran años.

A los 20 minutos disminuye el ritmo cardíaco del fumador, mientras que a las 12 horas el nivel de monóxido de carbono en sangre se reduce al nivel normal.

De dos semanas a tres meses baja el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y comienza a mejorar la función pulmonar, al tiempo que de uno a 9 meses desaparece la tos y la falta de aire.

Ya al año el riesgo de padecer una enfermedad coronaria es la mitad a la de un fumador y a los cinco años el riesgo de un paro cardíaco se normaliza completamente.

Una década después de cortar con este vicio el riesgo de muerte por cáncer de pulmón es la mitad a la de un fumador y disminuye el peligro de tener cáncer en la boca, garganta, esófago, vejiga, riñón y páncreas.

Finalmente, a los 15 años de haber dejado de fumar el alerta de padecer una enfermedad coronaria es igual a la de un no fumador.

Sin dudas, vale la pena el esfuerzo para cortar con la adicción a la nicotina, modificar estos malos hábitos y eliminar tantos factores de riesgo. Cuanto antes se convenza de ello más temprano llegarán sus beneficios. Lo normal es sentirse bien.

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