22/05/2019

Otoño con enfermedades, ¿cómo prevenirlas?

Faringitis, bronquitis, traqueítis, neumonías o cuadros bronquiales obstructivos son las patologías más comunes en niños.

Otoño con enfermedades, ¿cómo prevenirlas?

Con temperaturas bajo cero en la Comarca podemos decir que el frío otoñal apareció para quedarse y consigo también pueden surgir enfermedades como gripes, resfríos u otros trastornos respiratorios.


Todas las personas pueden padecer este tipo de enfermedades, pero las  de mayor riesgo son los menores de un año, los adultos mayores a 65  y quienes tienen patologías crónicas como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, obesidad mórbida, alguna inmunodeficiencia, pacientes con tratamiento con corticoides y transplantados.

Con los niños hay que tener precaución respecto a la faringitis, bronquitis, traqueítis, neumonías o cuadros bronquiales obstructivos, sobre todo en lactantes o menores de un año, dado que son la tercera causa de muerte y la segunda en la franja de uno a cuatro años en la Argentina.

Hay otras enfermedades respiratorias -como la neumonía-, que afectan a más grupos etarios, pero sobre todo a pacientes añosos con patologías crónicas y para ella existe una vacuna denominada antineumocócica.

En los adultos, el tabaquismo también es un gran factor de riesgo ya que predispone a las infecciones respiratorias producidas por bacterias.
 

Las enfermedades más comunes

La faringitis es la inflamación de la faringe ocasionada por la infección de un virus o una bacteria. Puede iniciarse después de un proceso infeccioso como la gripe, resfriado o amigdalitis en cuyo caso recibe el nombre de faringoamigdalitis.

Durante la época invernal son más frecuentes las faringitis de origen viral, mientras que las de tipo bacteriana suelen incrementarse en el cambio de estaciones, sobre todo en la primavera.

Las más frecuentes son las faringitis producidas por la bacteria del estreptococo, que producen una rápida irritación de garganta y dolor muy agudo acompañado de fiebre.

La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas producida por un virus o una bacteria. La infección también puede estar presente en la garganta y áreas circundantes, causando inflamación de la faringe (faringitis).

Se puede observar enrojecimiento y aumento de las amígdalas, en ocasiones acompañado de manchas blancas y dolor en los ganglios submaxilares. Hay dificultad para comer, fiebre, ardor o dolor de cabeza, de garganta, y en ocasiones pérdida de la voz.

Como en el caso de la faringitis, la bacteria más frecuente causante de la amigdalitis es el estreptococo, aunque también las hay virales.

La bronquitis es ocasionada por la infección de virus o bacterias que provocan la inflamación aguda de los bronquios, que son los conductos que conectan a la tráquea con los pulmones. Al inflamarse los bronquios la respiración se dificulta y las membranas que cubren las vías respiratorias producen grandes cantidades de moco espeso que provocan accesos de tos, dolor de pecho y congestionamiento.

La bronquitis se puede desarrollar a causa de una gripe mal cuidada, por eso, para evitar complicaciones es muy importante que el niño sea atendido adecuadamente en caso de presentar un cuadro gripal.

Es una enfermedad contagiosa que se transmite por medio de las gotitas de saliva que una persona expulsa al hablar, toser o estornudar, por lo que evitar estar en contacto con otras personas y cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar es fundamental para prevenir el contagio.

La neumonía es una enfermedad especialmente peligrosa en los lactantes y se caracteriza por la inflamación de un segmento de los pulmones, generalmente de origen infeccioso. La mayoría de los casos son producidos por la infección de un virus, aunque en niños menores de 6 meses y niños mayores puede ser una bacteria, una de las más frecuentes, el neumococo.

A veces se origina después de una gripe o resfriado. Entre los síntomas más frecuentes de neumonía típica encontramos fiebre alta, escalofríos, tos con mucosidad y dolor al respirar.

En la variante de neumonía atípica hay síntomas menos específicos como dolor de cabeza y malestar, cansancio, dolor muscular, tos seca y persistente o con expectoración. También puede presentar fiebre sin escalofríos y dolor en el tórax que aumenta al toser.

La principal complicación de la neumonía es la dificultad respiratoria, por lo que siempre, ante el menor síntoma, hay que consultar al pediatra.

La otitis es la inflamación de los oídos y se manifiesta con dolores muy fuertes e inaguantables que pueden ser constantes o intermitentes, sordos, agudos y/o punzantes.

Se clasifica en otitis externa cuando involucra al oído externo y conducto auditivo y otitis media cuando involucra el oído medio, localizado justo detrás del tímpano. Se considera otitis crónica en caso que dure más de tres meses.

Son muchas las causas que pueden producir otitis, entre ellas las infecciosas como la otitis bacteriana o causada por hongos, aunque también las hay víricas.

Es habitual que antes de un cuadro de otitis, especialmente otitis media, haya un antecedente de catarro o faringitis.

Es una enfermedad muy contagiosa que afecta a los bronquiolos, las últimas ramificaciones de los bronquios, los cuales miden apenas 2 mm de diámetro, al infectarse, se inflaman y obstruyen impidiendo el paso del aire.

Comienza como un catarro de vías altas, con o sin fiebre pero a los pocos días se nota un empeoramiento a nivel respiratorio. Hay tos, dificultad al respirar, pitos y sibilancias, aumento de la frecuencia respiratoria, y si hay fiebre es un moderada.

Ante el menor síntoma hay que acudir al pediatra para que confirme el diagnóstico. En casos leves se puede controlar en casa, mientras que los más graves requieren hospitalización.

Sugerencias generales

  • Se recomienda ventilar los lugares de estancia no sólo para liberarlos de bacterias sino también para prevenir las intoxicaciones por monóxido de carbono.
  • Hay que evitar los medicamentos de venta libre y la automedicación.
  • Otra clave para estar preparado para el invierno es contar con una dieta balanceada, sobre todo calórico proteica que permite el buen funcionamiento del sistema inmunológico, con la ingesta de alimentos que contengan vitaminas B y C como las frutas, hortalizas, verduras y legumbres.
  • Utilice preferentemente estufas eléctricas o a gas.
  • Evitar los ambientes con humo de cigarrillo
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura
  • Mantener la casa templada: no utilizar la calefacción a tope, sino permitir al organismo que utilice sus propios mecanismos reguladores de adaptación al frío.
  • Mantener la casa con un adecuado nivel de humedad, el ambiente seco agrava las enfermedades respiratorias
  • Evitar sitios cerrados demasiado concurridos
  • Abrigar lo justo: evitar el exceso de abrigo en ambientes calefaccionados o la falta de abrigo en la intemperie. Cubrir boca y nariz al salir a la calle o a espacios libres.
  • Dentro de lo posible, mantener a los niños alejados de personas enfermas
  • Evitar que los niños compartan utensilios con otros chiquitos como vasos, platos, cubiertos, toallas y por supuesto chupetes.
  • Hay que mantener higiene de manos adecuada; es decir, lavarlas con abundante agua y jabón reiteradas veces.
  • Y al estornudar usar el pliegue del codo ya que si se usa la mano se extiende por superficies y aumenta las posibilidades de propagación.
  • Siempre ante cualquier dolencia persistente debe acudir a un médico especialista.
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