La política despierta

Por Emilio De Rege
Aun con una realidad cambiaria volátil y con una operatoria del Central que todavía estamos descifrando. Con un mundo en el que los conflictos comerciales arrecian y afectan a la economía argentina. En una semana de rumores acerca de asistencia adicional financiera al gobierno de Macri por parte de la Reserva Federal. La economía ha quedado eclipsada por la política. 

Hoy la política despierta y comienza lentamente el tiempo de definiciones. Por las particularidades de nuestra provincia, la influencia del rumbo que va tomando la cosa a nivel nacional puede llegar a ser mayúscula. Las implicancias son muchas y las decisiones que debe tomar la dirigencia rionegrina también. Vencedores y vencidos.

Sea o no al final espejo del escenario que se termine cristalizando en octubre, el clima electoral es cada vez más patente en nuestro país. Con un gobierno intentando recobrar iniciativa en modo campaña electoral por un lado y una Cristina volviendo a una centralidad política casi avasallante en el arco político opositor. 

La última encuesta de Synopsis sigue dando una clara polarización con ventaja de Cristina por sobre Macri en primera vuelta y un empate técnico en un eventual ballotage. Nada nuevo bajo el sol. Ambos por encima del treinta por ciento de intención de voto y a más de veinte de la tercera posición, la cada vez menos ancha avenida del medio.

La particularidad de la medición es que parece hacer hincapié en que ambos candidatos tendrían un escenario muy difícil de competir mano a mano con un Lavagna. Este tipo de análisis político a partir de encuestas parece, sin embargo, por lo menos simplista. Si bien puede hasta cierto punto forzarse la lógica de la tercera fuerza o tercer candidato que gana el ballotage, los supuestos para que el mismo llegue y gane ya rozan el absurdo. 

No están dadas ni por cerca hoy las condiciones internas dentro de las fuerzas, ni electorales para que una tercera vía que todavía no cuaje, llegase al escenario donde eventualmente aventaje a Macri o a Cristina. Por un lado, no parece haber situación inminente por la cual Cambiemos no presentaría candidato. Por el otro, las encuestas suponen un escenario donde la no existencia de Cristina como candidata hiciera implosionar al kirchnerismo como alternativa electoral. Si bien es la figura por lejos más importante dentro del kirchnerismo, este análisis parece por lo menos osado. 

Aún sin ella, el universo del Frente para la Victoria es vasto y tiene un voto con un gran componente flemático, ideológico, duro. Además, ¿se imaginan al kirchnerismo renunciando a todos esos diputados? O por lo menos a gran parte, ¿fruto de un gran acuerdo? Con el caudal electoral que se le augura a Cristina y con su correlato en el Parlamento, tendría garantizado un protagonismo excluyente en la vida política argentina en los años venideros. Aun perdiendo.

Lo que termina mostrando la encuesta es el nivel de dureza del votante kirchnerista y macrista. El último viernes, Bloomberg cierra su nota acerca de la reaparición política de Cristina: ‘Fiel a su estilo, parece que Kirchner mantendrá a sus partidarios, a los inversores y a sus enemigos políticos en suspenso hasta la fecha límite para registrarse el 22 de junio‘. Hasta ahora, así parece. Aunque no con la calidad de Cisma que le ponen algunos analistas la candidatura o no parece ser la variable más importante, por lo menos a la fecha, de cara a las elecciones de octubre. 

En nuestra provincia todo esto importa y mucho. El partido de gobierno no ha definido todavía si participará o no con candidaturas a Senadores y Diputados en octubre. Aún con la fortaleza demostrada en la elección de abril y los resultados, por lo menos holgados, que viene cosechando en las municipales. La marea verde. Es que, estamos hoy ante un contexto político nacional que hace prever una polarización extrema. Tal como existe el éxito arrollador, existe la polarización y no parecen excluyentes recíprocamente.

En este contexto y con terceras posiciones poco instaladas, la mejor opción para Juntos de ir a la elección, sería hacerlo con boleta corta. Con este panorama, el devenir político nacional influirá seguramente. Más que nada por las probabilidades ciertas de que terminen diluyéndose las terceras vías. Que quede todo subsumido a la polarización extrema entre el macrismo y el kirchnerismo.

Cualquiera que sea candidato tendrá frente a si la difícil tarea de no quedar rezagado de cara a esta lógica binaria y pendular en que se encuentra hoy inmersa la Argentina. Queda el gobierno provincial ante la disyuntiva de blindar la provincia, mas quedando sin representación parlamentaria a nivel nacional. O tomar el riesgo político y apostar a que llevando una figura lo suficientemente representativa del proyecto provincial se termine logrando sobrevolar la grieta en Río Negro.