10/02/2019

Entre la oportunidad y el electoralismo

Por Emilio De Rege

Entre la oportunidad y el electoralismo
Créditos: WEB
Créditos: WEB

 

La semana pasada, una de las lectoras de la columna me preguntó en qué país vivía. Me hizo reflexionar que tal vez no había sido lo suficientemente claro cuando expreso que, en la actual coyuntura y muchas otras veces, lo que compartamos en esta columna no tendrá un correlato inmediato en la vida diaria. En algunos casos, tal vez no lo tenga nunca de manera cuantificable.


En este momento del país en particular, y sin entrar en debates políticos, todos los argentinos estamos sufriendo los coletazos negativos de muchas correcciones macroeconómicas que debieron hacerse antes. Mucho antes. No uno, ni dos, ni tres períodos de gobierno antes. Mucho antes.


La necesidad llevó a este estado de las cosas. Por eso cuando evalúo como positivas ciertas medidas no estoy siendo partidista. Esto no lo hizo nadie porque quiso. Muchas de esas cosas generarán una mejoría pronto. Otras no. Otras tardarán años. Otras no se podrán hacer nunca, por falta de pericia, de voluntad, de poder. Quién sabe.


Dicho esto, el camino que sigue tomando el protagonista central del nuevo programa económico, el BCRA, sigue siendo más o menos el mismo. Lo bueno es que se ha podido convalidar una baja de tasas sensible que podría en el corto plazo repercutir en el nivel de actividad. Todo esto paso a paso y sin colisionar con el objetivo principal. La estabilidad y la desaceleración de la inflación. Todo lento.


Ayer y hoy, y pudiendo relajar cumpliendo la meta, el Banco Central opta por seguir contrayendo pesos. De mantenerse en esta tesitura, llegaría a fin de mes muy holgado por debajo de la meta. Ya se habla de un Marzo con un margen dentro del programa monetario de más de 60.000 millones de pesos. Esto es muy bueno, y habla del objetivo primordial del central por sobre cualquier otro. La baja de la inflación. Un camino largo y doloroso, pero que da sus primeros resultados.


Hoy los plazos fijos rinden alrededor de un 42%, con una inflación esperada de alrededor de 30%. Que la tasa en pesos sea mayor que la inflación por períodos de tiempo sostenidos es la única manera de que la gente quiera los pesos. Ahora, esto por un tiempo puede ser sostenido con una tasa estrafalaria. Sostenido en el tiempo, solo bajando la inflación. La magia para el circo.


A su vez, si se mantiene como se dijo la política monetaria contractiva, se reconstruye credibilidad y hay un horizonte de estabilidad en el tiempo, se ayuda además en un año en que la demanda de pesos puede ser fluctuante debido a la expectativa positiva o negativa por el resultado de las elecciones.


Si todo sigue así en el manejo de la macro economía, la Argentina tendría que notar en el corto plazo una mejoría debido a la recomposición de la confianza, un eventual desaceleramiento de la inflación y el recupero del crédito. Habrá que ver realmente si está en la voluntad del gobierno y de todos nosotros que esto sea un plan fundacional para hacer las cosas de otra manera, o si la política mete la cola.

 

Es que, como dice el dicho, nunca es triste la verdad. Los años pares, en los que no hay elecciones, la actividad económica cae y la inflación se acelera. Será que es conveniente hacer las correcciones lejos de las elecciones. Como venimos diciendo, sería una picardía que el enorme esfuerzo que están haciendo los argentinos choque contra la lógica electoralista y termine siendo estéril.


Y con un ejemplo en particular, los invito a hacer un paréntesis. Todo este derrotero que se está viviendo con respecto a las tasas, y como consecuencia con respecto al acceso y sostenibilidad de los créditos, nos tiene que hacer reflexionar. Nuestro Estado lleva años basando su subsistencia en stocks de ahorro privados, emisión monetaria y endeudamiento externo. Cercenando así el acceso al crédito y el desarrollo de los argentinos.


En primer lugar, expoliando a la ciudadanía a través de niveles impositivos inauditos. Esto nunca es suficiente, así que echa mano a los stocks de ahorros de la ciudadanía endeudándose y acota al máximo lo que queda para ser prestado a los privados. Como tercer recurso, como jamás es suficiente, emite dinero licuando los activos de todos para gastar él y luego lo purga a tasas crecientes que a la postre matarán la economía.


Esperemos que este camino que ha comenzado con disciplina monetaria y fiscal continúe hacia un Estado que pueda algún día ser un factor dinamizante de la economía y no su cáncer. Nadie habla de hacerlo en un día ni de limitar derechos adquiridos. Pero las correcciones que no se hacen a su debido tiempo, luego se terminan imponiendo o dejándonos en una posición por demás desventajosa con respecto a la que podríamos estar haciendo las cosas de diferente manera.


Por caso, y utilizo el crédito como ejemplo porque es el tema de estos últimos párrafos, somos uno de los países que tiene el nivel de crédito bancario más bajo con respecto a su producto bruto. Estamos en un 10,2% cuando la media mundial es de 120%.


Si le parece un tema abstracto o lejano, piense en un agricultor que quiere sembrar un par más de hectáreas pero no puede, un joven que quiere acceder a su casa, o el dueño de un mercado que se ve obligado a sacar un crédito por día a tasas de usura para comprar una heladera.


Para dedicar los últimos párrafos a la política, como venimos diciendo, el único sin frentes internos es el gobernador. Más allá de alguna inquietud que puede llegar a generar en parte del arco opositor su candidatura (del cual habrá que esperar un correlato concreto) los problemas que enfrenta de cara a Abril son más sencillos que los de sus competidores. Seguramente el candidato será el proyecto, mas fácil de poner en valor y de expresar cuando se está en el gobierno. Parece el único que puede arrancar la campaña sin mayores sobresaltos.


En el caso de Soria, como era anunciado, tendrá que lidiar con parte del justicialismo más tradicional que se siente excluido, no solo de la toma de decisiones, sino según algunos referentes de las listas y los lugares de importancia. Habrá que ver como capea la situación, la acusación de tirar muy a la izquierda al movimiento puede restarle caudal electoral tradicional.


Puede que el intendente, en su fuero íntimo, tenga alguna estrategia en este sentido. Que valore que el único candidato PJ hoy por hoy es él y que en el simpatizante primará eso. O bien que piense que su discurso está alineado con Cristina Kirchner, una de las figuras de mayor relevancia a nivel nacional, y que eso le ayude. O bien que en su matemática el caudal electoral de Odarda bien vale el enojo de sus copartidarios.

 

Habrá que ver qué piensa, que es en realidad un error o una mentira y que resulta de esta novela. O puede que no piense nada de esto, erróneo o no, y vaya resolviendo en la coyuntura de acuerdo a sus impulsos.


Un poco más complicados todavía en el frente interno están los Cambiemitas. Al cierre de esta edición se esperaba el resultado de las reuniones que se mantendrán a lo largo del fin de semana por parte de los representantes de los tres partidos que conforman esta alianza electoral. Siguen hasta hoy firmes las candidaturas de Matzen y Wisky.

 

Mientras que la primera con apoyo partidario, el segundo con algún guiño desde la Rosada. La falta de lugares expectantes y los protagonistas con tan dilatada trayectoria hacen siempre las negociaciones más difíciles.

 

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