24/11/2019

Un viedmense pintó en el mural más grande del mundo

Fue en Posadas, Misiones. Luego de esa experiencia viajó a Paraguay, donde hoy realiza piezas artísticas en las paredes de escuelas y en plazas inclusivas.

Un viedmense pintó en el mural más grande del mundo

Por Fernando Manrique

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Cualquier cosa en la que un viedmense esté vinculado con “lo más grande del mundo” genera asombro y sensaciones de orgullo. Es el caso del artista Alan Echeverría, quien participó en el mural más grande del mundo, en la ciudad misionera de Posadas, y dejó la firma de Viedma en su pintura.

Hizo un trabajo relacionado con las migraciones, en un momento donde él mismo es un migrante, ya que en la actualidad se encuentra haciendo obras en escuelas y plazas para personas con discapacidad en el vecino país de Paraguay.

“Migrar no es delito” fue el título de su obra. Todo un mensaje para nuestros tiempos.

A más de 2 mil kilómetros de distancia, el talento local está viviendo del muralismo como un oficio y como a él le gusta decir, va aportando su pequeño granito de arena en el ámbito cultural.

Un mural potente

El mural denominado el más grande del mundo ocupó un espacio de 40 mil metros cuadrados, en los cuales cada uno de los 50 artistas invitados tuvo 43 metros para crear.

Alan fue convocado por formar parte del Movimiento Internacional de Muralismo Ítalo Grassi y por la rapidez que lo caracteriza al momento de pintar.

En diálogo con Noticias expresó: “Se tiró una temática en relación a la unión entre los pueblos paraguayo y argentino. Esta unión podía ser a través de lo que quisiéramos nosotros, en el sentido cultural, religioso, a través de las comidas, de la flora, de la fauna, es la unión entre los pueblos. Yo por una parte opté por hacerlo con algo más humanista, con la migración. Me pareció importante la persona que es encargada de llevar sus costumbres de un lado para otro, su historia, su contexto”.

Como decíamos, la movida contó con medio centenar de artistas de diferentes países tales como Perú, Bolivia, Paraguay y lógicamente Argentina con representación de varias provincias.

Debido a la rigidez de la temática, el muralista local no pudo agregar ningún elemento distintivo de nuestra ciudad, pero sí lleva su firma y el nombre Viedma bien en grande.

“Siempre el muralismo habla del lugar en donde vos vas a dejar la huella. La impronta siempre es de uno, yo creo que hoy en día tengo una impronta que se reconoce, la gente que sigue mi trabajo reconoce cuál es mi impronta y la temática siempre la ponen los de afuera. Nosotros tenemos que adaptarnos, estuvimos tres meses planificando con bocetos, leímos la historia de Misiones, la unión entre los pueblos y todo lo que conlleva la temática”, comentó mediante una llamada telefónica en la que se oía de fondo una Polka.

Presente en Paraguay

Precisamente, la música que se escuchaba de fondo es un género tradicional de Paraguay, país en el que Alan se encuentra actualmente.

El artista dijo al respecto: “Hace una semana acabo de cumplir 28 años y hago murales desde alrededor de diez años y hace seis años que estoy tratando de vivir de esto y lo he considerado como un oficio. Ahora estoy trabajando en Paraguay, estamos pintando mucho desde este lado del continente, estamos trabajando con un grupo para las municipalidades, para las escuelas, para unas plazas inclusivas que tienen juegos destinados para personas con discapacidad, así que nosotros estamos aportando y armando esas plazas a través de lo artístico, a través del muralismo”.

Los trabajos los están haciendo en forma conjunta con un amigo paraguaya Juan Carlos Caserea Acuña y con una amiga mexicana Monserrat Tellez, con quienes “estamos formando un colectivo latinoamericano, estamos armando muros y yendo por la ruta del arte latinoamericano”.

Agregó en el mismo modo: “También estamos abriendo el panorama a algo que no se conoce mucho por estos lados y está bueno ser las primeras personas que venimos a pintar en Fernando de la Mora, que es un partido de Asunción de Paraguay, hay murales que acá se desconocen y está bueno ser una de las primeras personas que estamos trabajando acá, aportando desde la cultura”.

Lo que pasa en la Comarca

Consultado sobre sus inicios y cómo ve la trayectoria del muralismo en Viedma y Patagones, Alan precisó: “El primer acercamiento que uno tiene hacia el arte, hacia las producciones, es acercarse con un papel, con un bastidor e ir probando desde lapiceras hasta lápices, una cosa te va llevando a la otra y yo desde la adolescencia conocía lo que era la calle, lo que era salir a pintar de forma clandestina como aquel pibe que tiene ganas de expresarse y sale y pinta”.

“Después una cosa me fue llevando a la otra, traté de perfeccionarme en una disciplina y ahí terminé en el muralismo. Aprendí los cánones que tiene, las formas de representación, el mensaje colectivo y también esto de abordar una temática en relación al espacio en donde pintas”, amplió.

Respecto a lo que sucede en nuestros pagos, expuso: “Hoy en día el muralismo o los grafitis, el arte en la calle, está teniendo un auge y en la Comarca va de a poco. Hay grupos muralistas que se mueven mucho, hace un tiempo estaban las chicas con Arte de la Calle y siempre hay colegas que van aportando a la cultura. Yo desde mi parte cada vez que puedo y voy a Viedma pinto un mural. En agosto estuve dando un workshop sobre lo que es muralismo y el arte en la calle, así que siempre estoy tratando de aportar desde ese lado”.

Y habló en referencia a algunas faltas: “Culturamente, Viedma y Patagones carecen de un poco de lo que es el arte en la calle, pero es por falta de educación en ese tema únicamente, es cuestión de ir aportando día a día”.

En ese orden, citó dos casos que son como puñaladas para un muralista. “A mí me han tapado dos murales en Viedma. Me taparon uno por el año de la desaparición de Santiago Maldonado, que ese fue muy simbólico porque se pintó el mismo día de la marcha y no duró ni una semana que me lo taparon. Después pinté otro en el barrio Los Fresnos, con una temática bien social, mostrando lo malo que estaba haciendo el gobierno de Macri y también se tapó. Siempre va a haber una parte que apoya y otra que no pero es arte y el arte es para todos, lo bueno es que se emplaza en la vía pública”.

“En cierta forma, creo que lo que hacemos es efímero porque depende de la sociedad, depende de la gente que lo cuida y de la que no lo cuida y estamos destinados a eso”, se explayó.

Por último, hizo mención a la multiplicad de murales que recuerdan a vecinos que ya no están entre nosotros por un acto criminal como los casos de Atahualpa Martínez Vinaya, Karen Álvarez, Emilio Collueque o Silvia Vázquez y los que hacen referencia a cuidad nuestro río.

Opinó en ese sentido: “Tenemos mensajes muy importantes que están bien planteados, las temáticas transcienden transversalmente lo social, son cuestiones que nos competen a todos como ciudadanos de la Comarca. Creo que está bien el camino que van agarrando”.

“En relación con lo que pasó con Santiago Maldonado y con Rafael Nahuel se fueron planteando más murales sobre lo que son los pueblos originarios y eso me parece una cosa estupenda, ese es el camino, son cuestiones sociales que nos atraviesan, queramos verlas o no. Lo bueno del muralismo es que se impone ante la gente, el mensaje que vos no querés ver estás destinado a verlo, quieras o no” remarcó.

Así como en nuestro continente hacen falta más colores en las paredes, pasa lo mismo en nuestras dos ciudades hermanas emplazadas sobre el río Negro.

Hay futuro. Tal como así lo indica una de las últimas producciones de Alan.

Con el título “Futuro”, pintó niños sembrando en la tierra y dibujando con pinceles, en un trabajo desarrollado para la comuna de Fernando de la Mora.

Allí marcó: “Seguimos creando con una temática como es la inclusión de los niños a un futuro, sembrando las bases de la libertad a través del respeto y defensa de la cultura de los pueblos”.

Repetimos: mientras haya arte, hay futuro.

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