07/10/2019

Qué es el estrés oxidativo

El estrés oxidativo parece estar relacionado con el desarrollo de numerosas enfermedades. Conocé en qué consiste.

Qué es el estrés oxidativo

 

El estrés oxidativo es un proceso que tiene lugar a nivel celular. Es un concepto complicado que se define como un deterioro en la célula debido a la existencia de radicales libres. Ahora bien, ¿qué son los radicales libres?

Los radicales libres son moléculas o átomos que tienen gran capacidad de reaccionar con otras moléculas.

 Se forman como consecuencia del uso de oxígeno para llevar a cabo las reacciones metabólicas.

Este oxígeno interviene en muchas reacciones químicas y nuestras células lo utilizan para llevar a cabo gran parte de sus funciones.

Estos radicales libres, como son muy reactivos, pueden dañar a las moléculas cercanas si no son neutralizados.

Básicamente, en esto consiste el estrés oxidativo: es el daño producido por esos radicales libres.

El oxígeno es esencial para nuestra vida. Las células de nuestro organismo lo necesitan para funcionar correctamente.

 Lo que ocurre es que el oxígeno que llega hasta ellas se transforma en moléculas reactivas tras ser utilizado en el metabolismo.

Estas moléculas llamadas radicales libres normalmente se neutralizan gracias a sustancias antioxidantes.

Así se consigue mantener un equilibrio para que no exista daño a nivel celular.

Sin embargo, hay situaciones en las que los antioxidantes no consiguen neutralizar a los radicales libres.

De esta manera, estos aumentan notablemente dentro de la célula y provocan ciertos cambios dañinos que aceleran el envejecimiento y la muerte de dicha célula.

En esto consiste el estrés oxidativo.

Al final lo que ocurre es que este daño a nivel celular se va reflejando en los tejidos y, consecuentemente en los órganos.

Por ello se puede decir que el estrés oxidativo favorece la aparición de ciertas enfermedades o del envejecimiento.

 

 

 

Prevención

 

Tomar una copa de vino al día.

Ingerir frutos rojos, verduras y legumbres.

Tratar de incluir en la dieta alimentos ricos en carotenos, como la zanahoria o el boniato.

Aumentar el consumo de alimentos con vitaminas A, C y E. Por ejemplo, el tomate, el brócoli o el limón son muy ricos en dichas vitaminas.

Utilizar ajo en nuestros platos.

Lo ideal es llevar una dieta equilibrada que posea estas cualidades. Además,es preferible no incluir alimentos ricos en grasas saturadas ni muy procesados.

No hay que obsesionarse, pero sí tratar de adaptar este tipo de características a nuestro día a día.

 

Fuente: Mejor con salud

 

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