05/10/2019

Gastritis, una enfermedad que duele más que en el estómago

Puede durar meses e incluso años y genera una pesadez que incluso puede quebrar vínculos sociales.

Gastritis, una enfermedad que duele más que en el estómago

Por Fernando Manrique

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Fotos: Daniel Idiarte y Web.

Una de las enfermedades más comunes en este último tiempo es la gastritis, que se caracteriza por la inflamación del estómago por la retención de gases.

Sus complicaciones van más allá de la dolencia física, ya que genera molestias permanentes que ponen a los afectados de mal humor, con nervios y con una pesadez generalizada.

Aún así, con una buena alimentación, tratamiento médico ordenado y respetado a rajatablas y ejercicios se puede sobrellevar este mal que es mucho más que un mal estomacal.

Rasgos generales

Marcela Páez Páez, médica gastroenteróloga y endocopista de La Rioja que trabaja desde hace nueve meses en el Hospital Artémides Zatti, dialogó con Noticias y precisó mayores detalles sobre esta dolencia.

Uno de los factores principales es el consumo excesivo de antiinflamatorios, aunque lo más preocupante es la aparición de una bacteria llamada Helicobacter pylori, debido a que “produce un proceso de inflamación crónica o gastritis crónica”.

El estrés y la mala alimentación son otros dos desencadenantes que “llaman” a esta enfermedad.

Páez Páez explicó así: “El paciente se queja del ardor del estómago que es la acidez, acompañado por nauseas y puede llegar al vómito, pérdida de peso porque al dolerle tanto el estómago deja de alimentarse y en algunos casos este proceso inflamatorio se hace crónico y lastima tanto al estómago que desarrollan una gastropatía erosiva con una hemorragia digestiva, sobre todo en los pacientes que consumen alcohol”.

Respecto al tratamiento, dijo: “No es el mismo para todas las personas porque cada una viene con un problema diferente. Si hay una persona que está sufriendo mucho estrés tiene que bajar un cambio, como quien dice, tratar de relajarse, hacer actividad física y tener una buena alimentación” y sumó que aquellos pacientes que consumen muchos antiinflamatorios tienen que disminuir sus dosis.

Tal es la naturaleza de esta patología que la médica indicó que semanalmente al menos diez personas llegan con gastritis o con el famoso reflujo.

El malestar y los riesgos de Internet

En otro orden, la especialista citó que quienes sufren gastritis tienen “un dolor constante, el paciente se queja muchísimo por el dolor y la distensión que tiene. Se inflama tanto la mucosa del estómago que viene con la panza hinchada. Por ejemplo, las chicas se quejan mucho porque se ponen el pantalón y les molesta, que no aguantan el dolor”.

E insistió en que “el tratamiento de la gastritis no es un tratamiento de siete días como uno toma un medicamento para la garganta cuando te duele la garganta y se cura. El tratamiento de la gastritis dura muchos meses y el paciente lo tiene que cumplir a rajatablas para que se cure. Hay muchas consultas donde el paciente está bien en el primer mes del tratamiento, lo abandonan y entonces al otro mes o a los dos meses vuelven con el mismo síntoma porque abandonan la medicación”.

A la vez, que cuestionó a quienes por desesperación recurren a tutoriales de Youtube, una cuestión gravísima para tratar una enfermedad: “Son cosas peligrosísimas porque he tenido a pacientes que por ver en Youtube consumían jugo de limón para la gastritis y ellos decía que les hacía bien cuando el limón es súper dañino porque es ácido y venían con el estómago hecho bolsa”.

Alimentación adecuada

Además de la medicación prescripta por el médico y la incorporación de ejercicios a la vida diaria, en el primer mes de la gastritis hay que llevar a cabo una estricta dieta.

El espacio entre comidas no debe ser mayor a tres horas y para el desayuno se pueden incorporar arroz con leche, copos de trigo con leche, vainilla, budín de sémola, flan y pan lactal con queso crema.

Para el almuerzo o cena se deben comer verduras hervidas, huevo pasado por agua, tallarines o macarrones solos, pollo y pescado, entre otros alimentos.

La fruta debe estar en compotas y no natural.

Ya en el segundo mes se pueden sumar carnes rojas, jamón, frutas crudas y cebolla.

Está terminantemente prohibido durante cuatro meses, al menos, las bebidas alcohólicas, picantes, miel y antiinflamatorios.

El mate, un compañero fiel en nuestras jornadas, se debe abandonar en el primer mes y ya en el segundo se puede tomar pero siempre habiendo ingerido algún alimento previamente.

Para los nerviosos, el té de tilo es un buen auxiliante.

Como recomendación final, la enfermedad es difícil de sobrellevar pero con una buena rutina y esfuerzo diario se le puede decir chau.

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