Una llamada desde el barrio Guido por disturbios llevó a que un policía vaya al lugar para intentar frenar la situación. Cuando llegó al lugar, fue atacado por una persona alterada. Se generó un forcejeo, cayeron al piso, y el uniformado se llevó la peor parte, ya que tuvo un fuerte golpe en la espalda y zona lumbar.

El herido fue trasladado al Sanatorio Austral, donde recibió analgésicos y kinesiología. Luego, debido a que el dolor no se le iba, se le realizó un bloqueo y se ordenó una intervención quirúrgica. Tras recibir el alta médica, como es habitual en estos casos, intervino la Comisión Médica.

Allí se dictaminó una incapacidad derivada del siniestro, pero el porcentaje reconocido fue considerado erróneo por el trabajador, por lo que inició una demanda. En el informe pericial médico se recordó que el policía sufrió una caída sobre una viga durante el trabajo. Su ART le brindó prestaciones médicas, quirúrgicas, farmacológicas y de rehabilitación, realizando una disectomía por hernia discal postraumática L4-L5, y luego le otorgó el alta.

Según el examen físico “se constató limitación en los movimientos de la columna dorsolumbar, lo cual se vincula al accidente de trabajo padecido por el actor y reconocido por ART”. Estimó una incapacidad laboral superior a la dictaminada por la Comisión Médica anterior.

A raíz de esto, la Cámara Laboral de Viedma tomó “por cierta la existencia de la incapacidad del actor derivada del siniestro denunciado”. Luego, realizó los cálculos correspondientes y condenó a la ART a abonarle la indemnización correspondiente a la incapacidad laboral reconocida.