Aumentos obscenos: las prepagas golpean el bolsillo de los argentinos

La polémica en torno a los exorbitantes incrementos en los planes de medicina prepaga continúa generando preocupación y debate en la sociedad argentina.

Según datos suministrados por el portal miobrasocial.com.ar y recopilados por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), la suba promedio de las cuotas entre diciembre y marzo alcanzó el 153%, superando así el aumento del índice de precios al consumidor medido por el INDEC en un 25 por ciento en el mismo período. Estos números reflejan el impacto negativo en el poder adquisitivo de los ciudadanos y provocan interrogantes sobre el rol del Estado en el control de estas tarifas.

El Gobierno, consciente de la situación, ha mostrado su descontento con lo ocurrido en el sector de la medicina prepaga. Tanto el ministro de Economía como el propio presidente han cuestionado los desmedidos aumentos que se han producido luego de la sanción del DNU 70/2023, el cual desreguló al sector. Aunque se promoviera la libertad y la competencia, no se permitiría que se afectara a los argentinos mediante prácticas cartelizadas, señaló irónicamente el ministro Manuel Adorni.

Sin embargo, no todos han sido críticos con las prepagas. El presidente Milei ha salido en su defensa, argumentando que estas empresas no actuaron con mala intención y reconociendo que se excedieron con los aumentos.

Un análisis realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) revela cómo el valor relativo del servicio de salud de las prepagas ha aumentado de manera exponencial en comparación con el índice general de precios y el salario promedio en relación de dependencia. Desde el año 2013 hasta la actualidad, el plan de medicina prepaga (el de Omint fue analizado) ha experimentado un incremento del 28.105%, superando ampliamente el aumento del 17.866% del índice de precios al consumidor y el 10.523 por ciento del salario promedio.

El estudio también muestra que el valor real del plan de medicina prepaga ha tenido un comportamiento particular en los últimos años. Entre marzo de 2016 y diciembre de 2017, el valor se incrementó un 61% en 19 meses. En la actualidad, desde diciembre de 2023 hasta abril de 2024, el aumento ha sido del 59% en tan solo 4 meses. Estos aumentos desmedidos demuestran la falta de control y regulación en el sector.

Pero la situación no impacta solo en los bolsillos de los argentinos, sino también en el acceso a la salud. Según el análisis del Iaraf, el salario promedio ha perdido el 62% de su capacidad de compra de cobertura de salud prepaga en todo el período analizado. En apenas 6 meses, entre octubre de 2023 y abril de 2024, se ha registrado una pérdida del 32% en el poder adquisitivo de los trabajadores.

Es alarmante, además, el aumento en la proporción del gasto en medicina prepaga en relación al salario promedio. En el año 2013, este gasto representaba el 11% del sueldo formal promedio, mientras que en abril de 2024 se estima que esta incidencia llegará al 30%. Esta situación pone en evidencia la creciente dificultad de los ciudadanos para sostener los costos de la salud.

Ante estos datos alarmantes, es necesario replantear las políticas de regulación en el sector de las prepagas para garantizar un acceso equitativo y asequible a los servicios de salud.