El ministro del Interior, Guillermo Francos, recibirá mañana a las 16 a una delegación de la CGT en la Casa de Gobierno. Será la primera reunión oficial entre ambas partes y el Gobierno intenta bajar las tensiones para desactivar el nuevo paro general de la central obrera, que será debatido este jueves.

Asistirían los cotitulares de la CGT Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), el secretario adjunto, Andrés Rodríguez (UPCN), y dirigentes como Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Jorge Sola (seguro). Se descuenta que no concurrirá Pablo Moyano (Camioneros), irreductible contra el Gobierno.

El único antecedente entre la central obrera y Casa Rosada fue un encuentro informal en la previa al del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23. Fue una cumbre de la que trascendieron pocos detalles, pero la relación entre el Ejecutivo y la CGT no prosperó.

Esta vez será a “agenda abierta”, aseguran en ambas partes. Sin embargo, uno de los temas sobre los que más se avanzó en encuentros reservados entre Francos y el sector dialoguista de la CGT es sobre el nuevo impulso a la reforma laboral.

La misma podría ser incluida en la Ley Bases, a partir de un proyecto de la UCR, pero sin dos de los puntos que más irritan al sindicalismo. Esto es, sin avanzar contra los “aportes solidarios” ni contra las empresas como agentes de retención de la cuota sindical de sus empleados.

La cumbre del Gobierno con la CGT se dará en un contexto de alta conflictividad, con los colectiveros de la UTA y Camioneros de Moyano con acuerdos salariales pendientes. Incluso amenazan con medida de fuerza para las próximas horas si no logran que el Gobierno homologue los acuerdos. Además, crece la tensión con el Ejecutivo por el ajuste en el sector público y los miles de despidos en el Estado.